Aunque en una primera instancia ni siquiera le prestemos atención a esto hay que tener en cuenta que nos pasamos alrededor de un tercio de nuestras vidas durmiendo, lo que supone una importante cantidad de años.

 A nadie se le escapa, además, que el conseguir un buen descanso que acabe por ser reparador será fundamental para asegurar una buena salud y un día a día más llevadero con los quehaceres habituales. Es por todo esto por lo que el colchón adecuado resulta fundamental llegando a repercutir en aspectos físicos como psicológicos. Los colchones spring air se presentan como una muy buena alternativa a este respecto porque ofrecen una amplia variedad, pero la pregunta clave será, ¿cómo elegir el colchón más apropiado en cada cas0?

• Peso y estatura. Por norma general se puede decir que la gente que es más voluminosa y pesa más requiere de un colchón con una mayor firmeza que su opuesto, que deberá optar por un colchón un tanto más ligero a este respecto porque así su peso se verá más repartido.

En cuanto a las medidas que debe tener un colchón se puede tomar que, como referencia, debe ser, mínimo, de 10 centímetros más largo que lo que mida la persona que lo vaya a usar. En cuanto al grosor, a partir de unos 15 centímetros ya se empieza a asegurar un buen confort. Si la cama está pensada para uno sólo el ancho puede ser de unos 90-110 centímetros, llegando a los 150 o 160 centímetros en el caso de que esté pensada para ser compartida, de tal manera que cada uno pueda contar con su propio espacio.

• ¿Sólo o acompañado? Los colchones no pueden pensarse de la misma manera si están pensados para usarlo uno sólo que si la idea es usarlo para compartir. Cuando el colchón es para dos algunos de los materiales más aconsejados son los muebles embolsados, los de viscoelástica o los de látex porque estos absorben muy bien los movimientos de la persona que pueda estar al lado, de tal manera que el que está descansando a su lado no acabe por ver perturbados sus sueños por este motivo.
• La postura que se adopta. Aunque todos nos podemos mover mientras dormimos y cambiar de postura suele haber una que es la más frecuente en cuanto a su uso y también debe tenerse en cuenta a la hora de elegir un colchón.
  
  • Dormir boca abajo. Lo más aconsejable es optar por colchones con poca firmeza de tal manera que se eviten malas posturas que acaben por lesionar zonas como el cuello.
  • Dormir de lado. La dureza intermedia suele ser lo mejor. Con ella se consigue que el colchón se adapte a la zona de las caderas y de los hombros.
  • Dormir boca arriba. Un colchón más bien duro nos evitará problemas en la columna, muy comunes cuando se adaptan malas posturas o el colchón no cuenta con la suficiente firmeza. Es por este motivo por el que algunas personas amanecen a diario con molestias en la zona lumbar y en el cuello.
• Frío o calor. Hay personas que son más calurosas que otras y también influye el lugar en el que se vive. Los materiales que se elijan también ayudan con este aspecto. Los colchones de muelles, por lo general, son los que ofrecen una mayor transpirabilidad y, por tanto, algo más de frescor.