Con invento mexicano evitan amputaciones por cáncer

El Instituto Nacional de Rehabilitación prueba la eficacia del método en más de 200 de pacientes con este mal.

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Gerardo Rico Martínez, jefe del Servicio de Tumores Óseos del INR, durante la explicación del procedimiento para evitar amputaciones. (Milenio)
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Agencias
MÉXICO, D.F.- Una novedosa técnica para erradicar el cáncer de hueso se desarrolló en el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y consiste en una máquina de vapor que usa agua caliente, hasta a 80 grados centígrados, donde se introducen las partes afectadas como rodillas, hombros o brazos, con lo que quedan libres de cualquier célula tumoral que pudiera propiciar a la larga una amputación.

Gerardo Rico Martínez, jefe del Servicio de Tumores Óseos del INR, explicó que la técnica denominada hipertermia hídrica controlada, única en el mundo, probó científicamente su eficacia en más de dos centenares de pacientes que eran candidatos a amputación y tenían la enfermedad en fase dos, es decir, cuando el mal ya invade tejidos, informa Milenio.

Por ello, Rico Martínez propone su método, en el que emplea la máquina de vapor diseñada por él hace 19 años, como opción de tratamiento para combatir el cáncer.

El experto precisó que la técnica se suma a los esquemas de abordaje actuales para pacientes con osteosarcoma, un tumor maligno que empieza en los huesos, destruye el tejido sano, debilita el sistema y se puede diseminar a otros órganos del cuerpo.

Tratamiento complementario

Al afectado se le otorgan primero los tratamientos convencionales, como quimioterapia, radioterapia y cirugía para extirpar el tejido canceroso, que llega crecer hasta ser un bulto de gran dimensión. Además se requiere limpiar las áreas afectadas y se va controlando su evolución.

Sin embargo, aclaró el experto, la importancia del nuevo procedimiento es que evita que el tumor vuelva a crecer. “Lo que nosotros logramos es alterar todo el código genético de las células tumorales restantes, muchas de ellas indetectables, que pueden reaparecer de forma más agresiva y propiciar la amputación”, detalló.

“Hoy está reconocido el calor como el cuarto pilar de tratamiento del cáncer: primero se encuentra la cirugía, segundo la quimioterapia, tercero la radioterapia”.

El calor, explicó, “funciona al sumergir la extremidad afectada a 50 o hasta 80 grados centígrados, por un periodo de 30 a 40 segundos. Luego se saca, se espera su recuperación y se vuelve a introducir tres o cuatro veces más, tiempo suficiente para alterar la célula tumoral y asegurar su muerte”.

Aunque la piel resulta afectada por quemadura, esta se regenera con terapias de rehabilitación. No obstante, acotó el experto, cuando el tumor se localiza en la mano y está en fase 1, también es posible inyectar el calor directamente en el hueso para evitar las afectaciones en la epidermis.

Cómo funciona

 “Las células tumorales se mueren cuando se exponen a 42 o más grados centígrados. Son células muy inestables que no tienen la capacidad de regular la temperatura como lo hacen las sanas, por eso cuando se les pasa por calor sufren de hipoxia, es decir, no les llega el suficiente oxígeno y eso favorece su aniquilación”, detalló Rico Martínez.

Cuatro meses después, ese mismo paciente pasa por gammagrafía, una prueba diagnóstica en imagen tridimensional que reporta si hay zonas con actividad tumoral. “Si sucede así volvemos a meter la extremidad completa en la máquina hasta erradicar de forma definitiva el cáncer”.

El experto reconoció que es preciso perfeccionar la técnica para evitar daños colaterales, como las quemaduras en la piel. “Con todo, estamos ante una técnica segura, lo hemos comprobado con más de 200 pacientes que eran candidatos a amputación. De hecho en otras partes del mundo hubieran sido amputados”, aseguró.

“Por eso, cuando les sugerimos someterse a este tratamiento aceptaron de inmediato. Ahora no solo conservan su pierna o brazo, sino que se mueven con absoluta normalidad”, comentó.

“Seguimos el protocolo con pacientes que tienen indicada la amputación y hasta ahora en más de 80 por ciento hemos tenido éxito. Son pacientes de escasos recursos que han sido tratados a lo largo de un año y que hasta el momento se encuentran sanos”.

La mayor cualidad de este tratamiento es que su costo es sumamente bajo porque utiliza como materia prima agua.

El tratamiento ha beneficiado a más de 200 personas con cáncer de cadera, 40 de húmero y algunos más con afectaciones en rodillas, codos y manos.

Prótesis mexicanas a bajo costo

A lo largo de 20 años el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) desarrolló la línea mexicana de prótesis para reconstrucción tumoral, las cuales, además de ser de bajo costo, han tenido resultados positivos en pacientes que han perdido alguna extremidad.

El especialista Gerardo Rico Martínez comentó que las prótesis han ayudado a pacientes mexicanos y de otros países, pues han compartido experiencias con Cuba, Brasil, Guatemala y Colombia, donde se reconoce el desarrollo de la investigación y la innovación tecnológica mexicana en el tratamiento con enfermos de cáncer de hueso.

En conferencia de prensa, Rico Martínez presentó casos de éxito en implantes de prótesis de fémur, hombro, cadera y rodilla, que devolvieron a los pacientes la movilidad de sus extremidades a niveles normales.

Para estos implantes no se utiliza cemento. Algunos se colocan a niños de 11 años y a medida que van creciendo se ajustan.

Miguel Linares, médico especialista del INR, dijo que con esta innovación las prótesis mexicanas dejan atrás el acero quirúrgico para solo utilizar titanio, material ampliamente conocido por su liviandad, con lo que México se coloca a la altura de cualquiera de los mejores implantes que se realizan en el mundo.

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