En un hallazgo sorprendente, un equipo de científicos internacionales ha identificado huellas fósiles de un cocodrilo bípedo que vivió hace 120 millones de años, en el periodo Cretácico.

Este descubrimiento, realizado en la región de Sacheon, Corea del Sur, desafía las concepciones previas sobre los ancestros de los cocodrilos y su comportamiento, pues hasta ahora se creía que estos reptiles solo podían moverse de forma cuadrúpeda.

El fósil de Batrachopus grandis, como ha sido bautizado el animal, es un reptil de tres metros de largo y aproximadamente 450 kilogramos. Lo que sorprende de estas huellas, que miden entre 18 y 24 centímetros, es su disposición en un patrón típico de animales bípedos, como los dinosaurios carnívoros de la misma era.

A diferencia de los cocodrilos modernos, que se desplazan en una postura cuadrúpeda, las huellas indican que este animal caminaba erguido sobre sus patas traseras, sin mostrar marcas de manos ni arrastres de cola.

Publicado en la revista Scientific Reports, este hallazgo refuerza la hipótesis de que Batrachopus grandis podría haber sido un depredador terrestre, capaz de competir con otros animales prehistóricos por la caza de pequeños dinosaurios.

Nuevo hallazgo reescribe la historia de los cocodrilos prehistóricos

Los investigadores también descartan una interpretación previa de las huellas, que en un inicio se pensaron que pertenecían a un pterosaurio, un reptil volador.

El equipo de investigación, encabezado por Martin Lockley y Kyung Soo Kim, continúa explorando la región para encontrar más pruebas que confirmen la existencia de este cocodrilo bípedo.

Este descubrimiento, que reabre el debate sobre otras huellas fósiles encontradas en Asia, destaca la diversidad de adaptaciones evolutivas de los cocodrilos en el Mesozoico.

Las huellas de Batrachopus grandis no solo proporcionan nuevos conocimientos sobre la evolución de los cocodrilos, sino que también reescriben parte de la historia de los reptiles del Cretácico.

Con información de Muy Interesante