La gratitud no es solo una cuestión de buenos modales; también puede ser una herramienta poderosa para mejorar tu bienestar. Estudios científicos han demostrado que expresar agradecimiento tiene un impacto significativo en la salud física y mental.

“La gratitud es la práctica de centrar nuestra atención en los resultados positivos de nuestra vida y la fuente de esos resultados positivos”, detalla Autumn Gallegos, profesora asociada de Psiquiatría y Funcionaria de Bienestar Psiquiátrico en el Centro Médico de la Universidad de Rochester.

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La ciencia respaldando la gratitud

Investigaciones realizadas por el Centro Médico de la Universidad de Rochester y otras instituciones encontraron que la gratitud puede reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo e incluso favorecer un sueño reparador.

Cuando practicas la gratitud, tu cerebro libera dopamina y serotonina, dos sustancias químicas relacionadas con el bienestar emocional. Este proceso ayuda a reducir la ansiedad y la depresión, al tiempo que fomenta un enfoque más positivo hacia la vida.

“Hay estudios interesantes sobre la gratitud que han descubierto que la práctica del agradecimiento -como escribir una carta a una persona que agradeces- cambia el lenguaje de ‘yo’ a ‘nosotros’. En otras palabras, practicar la gratitud fortalece nuestros vínculos sociales y nos recuerda con quién estamos conectados”, dijo Gallegos.

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Al centrarnos en los resultados positivos de nuestra vida, aumentamos las emociones positivas y entrenamos nuestro cerebro para que sea más sensible a la experiencia de la gratitud. Esto puede mejorar la salud mental y la resistencia al estrés con el tiempo.

'Diario de gratitud'

Una de las formas más eficaces de practicar la gratitud es mantener un ‘diario de gratitud’, el cual de acuerdo con una revisión de estudios realizada en 2021, puede mejorar la salud del corazón al reducir la presión arterial y regular la respiración y la frecuencia cardiaca.

Este hábito te invita a reflexionar constantemente sobre las cosas que valoras, desde los pequeños detalles hasta los grandes logros.

Si no sabes por dónde empezar, aquí tienes algunas sugerencias para tus entradas:

• Describe un momento reciente en el que te sentiste agradecido por algo sencillo.
• ¿Cuáles son tres cosas que te hicieron sonreír hoy?
• ¿Hay alguien en tu vida a quien quieras agradecer y por qué?
• ¿Qué logro personal te llena de orgullo?
• Enumera cinco cosas que te gusten de tu entorno actual.
• ¿Qué aprecias de ti mismo?

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Enseñando gratitud a los más pequeños

Inculcar la gratitud en los niños desde una edad temprana puede ayudarles a desarrollar una actitud positiva que los acompañará toda la vida.

Prueba estas actividades:

• El frasco de la gratitud: Pídeles que escriban cada día algo por lo que estén agradecidos y guarden el papel en un frasco.
• Círculo de gratitud familiar: Durante la cena o antes de dormir, invita a cada miembro de la familia a compartir algo por lo que se sienta agradecido.

Estas actividades hacen que la gratitud sea divertida, al mismo tiempo que crean un hábito duradero en los niños.

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Haz de la gratitud un hábito permanente

Practicar la gratitud no tiene por qué limitarse a ocasiones especiales. Convertir el agradecimiento en un hábito diario puede fortalecer tus relaciones, reducir el estrés y mejorar tu calidad de vida.

Comienza con pequeños gestos, como agradecer por algo cada mañana o escribir una nota de gratitud. Con el tiempo, esta práctica se integrará naturalmente en tu rutina, brindándote beneficios duraderos para tu salud y felicidad.

Con información de Reforma