México.- Diversos factores contribuyen a la obesidad infantil, incluyendo el consumo de mucha comida procesada y bebidas azucaradas, además de la falta de ejercicio.

Pero la crisis actual de coronavirus — con los cierres de escuelas y las órdenes de quedarse en casa — afecta aún más el peso de los pequeños de la familia.

La contingencia ocasiona que a mayoría de los niños están en sus casas, casi todo el tiempo frente a su celular, computadora o aparato de TV, realizando aún menos actividad física que de costumbre.

La ansiedad que ocasiona el encierro y la incertidumbre por el regreso a la normalidad y cómo será esta nueva normalidad a partir de la apertura, ocasionan que los menores coman aún más y que los padres, con tal de evitar discusiones que en esta época abundan, les permitan ingerir una mayor cantidad de comida chatarra y refrescos embotellados.

 “Pudiéramos ver tendencias peores en los próximos meses y hasta años, especialmente si la pandemia prosigue como va”, aseguran especialistas de EEUU.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, advirtió hace unos días que la obesidad infantil en México es una emergencia de salud pública que requiere cambios inmediatos ya que afecta el crecimiento y el desarrollo de los niños.

Según la agencia, el país es el mayor consumidor en América Latina de productos ultra procesados, incluidas las bebidas azucaradas.

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Las tasas más altas de este consumo se encuentran entre los niños en edad preescolar que comen alrededor del 40% de sus calorías de esta manera. Un tercio de los niños y adolescentes mexicanos tienen sobrepeso u obesidad.

UNICEF ​​enfatiza que la falta de acceso a alimentos frescos y saludables, la comercialización agresiva de productos alimenticios dirigidos a niños y la alta exposición a alimentos ultraprocesados ​​en hogares, escuelas y mercados conducen a un ambiente poco saludable que promueve la obesidad y afecta a millones de mexicanos.

Pero México no es el único país que batalla con la obesidad infantil, especialmente en momentos en que el covid-19 ha dejado ver la enorme vulnerabilidad en que se encuentran los menores con problemas de sobrepeso, por el riesgo de que la enfermedad se les complique y puedan, incluso, perder la vida.

En Estados Unidos casi uno de cada cinco niños es obeso, de acuerdo con los datos nacionales más recientes.

La obesidad — que significa no solamente exceso de peso, sino grave exceso de peso — es uno de los principales problemas de salud pública en el país. La obesidad de los adultos ha estado subiendo también, pero la obesidad infantil es especialmente preocupante porque puede dejar a los niños en el sendero hacia padecimientos como diabetes y enfermedades cardíacas, dijo.

El estudio concluyó que 19.3% de los niños de entre 2 y 19 años eran obesos. Eso es ligeramente superior al 18.5% registrado en el sondeo nacional de 2015-2016 y sigue una tendencia de alza desde el reporte 2005-2006, cuando 15,4% de los niños estadounidenses eran obesos.

En México, las estadísticas más recientes señalan que casi 1 de 4 niños padece problemas de obesidad, una cifra superior a la de EEUU, considerado uno de los países más gordos del mundo. De continuar la tendencia e incrementarse por la pandemia, la obesidad sería uno de los problemas de salud más graves que tendría que afrontar el gobierno mexicano, una vez superada la crisis sanitaria ocasionada por el covid-19.

 (Con información de AP).