Pandemia de coronavirus detona preocupación excesiva por la salud

La línea entre la normalidad y la preocupación excesiva es muy fina. No obstante, hay ciertas señales que nos pueden indicar que se está rozando el límite.

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Si no controlamos la preocupación excesiva por la salud, tomamos medidas drásticas que terminan siendo contraproducentes, y generan enfermedad, en lugar de protegernos. [Foto: Pexels]
Si no controlamos la preocupación excesiva por la salud, tomamos medidas drásticas que terminan siendo contraproducentes, y generan enfermedad, en lugar de protegernos. [Foto: Pexels]
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MÉXICO.- La rigidez de las medidas de higiene, el aislamiento social y el temor colectivo debido a la pandemia por coronavirus han provocado que las personas comiencen a externar conductas de preocupación excesivas respecto a su estado de salud y el de su entorno. 

De acuerdo con especialistas en la salud, “vivimos en una época donde el bombardeo de información es constante. Los temas de cuidado y protección del cuerpo están a la orden del día. Esto ha creado un ambiente donde la preocupación excesiva por la salud tiene un punto de apoyo desde el cual se proyecta en la vida cotidiana. 

“La salud se define como un estado de bienestar físico, emocional y social. No se trata simplemente de la ausencia de enfermedad. Cada vez es más frecuente encontrar a personas que tienen pánico a enfermar o a que lo hagan sus personas más cercanas”, así lo indicó el portal médico Mejor con Salud. 

La línea entre la normalidad y la preocupación excesiva es muy fina. No obstante, hay ciertas señales que nos pueden indicar que se está rozando el límite. En primer lugar, ese estado de alarmismo que señalábamos.

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Cuando alguien está constantemente atento a una molestia o dolor, pese a que sea pequeño, puede indicar una obsesión. Aún más si comienza a buscar información sobre el tema o no deja de pensar en ello.

Las conductas de estas personas se vuelcan a una organización de su existencia que ronda el supuesto problema. Se alteran sus relaciones familiares, laborales y de amistades por culpa del trastorno obsesivo.

Incluso, muchas personas llegan a la conclusión de que es un síntoma de alguna enfermedad en concreto. Catalogan su hipótesis con el nombre de una patología y se autodiagnostican, estableciendo el paso directo a la hipocondría.

En este caso, comienzan a preocuparse sobre las consecuencias de esa supuesta a enfermedad. También tienden a convertirlo en un tema de conversación frecuente y único, sin dar lugar a otras explicaciones ni relatos.

¿Cómo tratar la ansiedad excesiva? 

Por otra parte, la preocupación excesiva por la salud también se puede manifestar con un control muy estricto de la dieta o el ejercicio. Del mismo modo, puede ser que se tomen medicamentos que no están indicados o suplementos vitamínicos.

Leonardo Biolatto, Máster en Promoción de la Salud y Desarrollo Social y portavoz del portal Mejor con Salud refiere que la ansiedad también puede llevarnos a hacer cosas irracionales. Si no controlamos la preocupación excesiva por la salud, tomamos medidas drásticas que terminan siendo contraproducentes, y generan enfermedad, en lugar de protegernos.

“Lo más importante en esta situación es tratar de pedir ayuda. Cuando la preocupación se convierte en ansiedad, lo mejor es que se acuda a un psicólogo para intentar ponerle fin al problema. La psicoterapia suele ser la mejor forma de tratamiento”, puntualizó el especialista en Auditoría Médica 



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