Pobreza, desnutrición y coronavirus podría dañar a una generación de niños
Se dio a conocer que durante la pandemia de coronavirus, muchos niños que dependen de las comidas escolares para mantener su nutrición han pasado hambre.
GRAN BRETAÑA.- La erradicación de la pobreza y el hambre son los principales objetivos de desarrollo sostenible, adoptados por los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2015. Sin embargo, el Programa Mundial de Alimentos estima que, a raíz de la pandemia por coronavirus la inseguridad alimentaria aguda podría duplicarse de 135 a 265 millones de personas en todo el mundo.
La revista médica británica The Lancet dio a conocer a través de una reciente publicación que “En ausencia de políticas de mitigación, la pobreza que conduce a la inseguridad alimentaria dañará la salud respiratoria de una generación de niños”.
El artículo titulado: Pobreza infantil, inseguridad alimentaria y salud respiratoria durante la pandemia de Covid-19 indica que las desigualdades en la salud respiratoria de por vida se originan en la infancia, cuando una nutrición adecuada es esencial. El sistema respiratorio comienza a desarrollarse 3 semanas después de la concepción y crece hasta la adolescencia, con los pulmones madurando más rápidamente en tamaño y complejidad en los primeros tres años de vida. La interrupción de este desarrollo en la infancia contribuye considerablemente a la aparición temprana de enfermedades en adultos, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Esta interrupción puede ser impulsada por muchas de las consecuencias de vivir en la pobreza, incluida la desnutrición. Incluso en la fibrosis quística, una enfermedad genética heredada, se pueden observar desigualdades en la salud: las desventajas sociales pueden interrumpir el desarrollo respiratorio e influir en la supervivencia de las personas con esta afección.
Precariedad y aire de mala calidad
Los autores aseveran que la mala nutrición está estrechamente relacionada con otros factores de riesgo relacionados con la pobreza para las enfermedades respiratorias. La prematuridad está relacionada con la pobreza y la exposición al humo de tabaco en el embarazo, y entre los recién nacidos prematuros, aquellos con un crecimiento intrauterino o postnatal deficiente tienen peores resultados respiratorios.
“Los niños pobres tienen más probabilidades de vivir en viviendas superpobladas y húmedas, menos probabilidades de vacunarse y más probabilidades de contraer infecciones que dañan el sistema respiratorio temprano en la vida. Tienen menos acceso al espacio verde para hacer ejercicio y es más probable que respiren aire de baja calidad, ya sea en interiores o exteriores”, enfatizó la publicación.
De crisis económicas anteriores, se sabe que los niños tienen más probabilidades de caer en la pobreza y estar sujetos a las consecuencias negativas de la pobreza que cualquier otro grupo de edad. Incluso antes de la pandemia de Covid-19, el aumento de los niveles de pobreza e inseguridad alimentaria entre la población del Reino Unido era un problema urgente. Los recortes de bienestar en la última década han empujado a muchos más niños a la pobreza, con uno de cada tres niños actualmente afectados.
Se dio a conocer que durante la pandemia de coronavirus, muchos niños que dependen de las comidas escolares para mantener su nutrición han pasado hambre. Tan solo en el Reino Unido, en 2019, 1.3 millones de niños fueron elegibles para recibir comidas escolares gratuitas, y se estimó que 1 millón más de niños (considerados no elegibles para comidas gratuitas) vivían en la inseguridad alimentaria.
“Mientras que en los Estados Unidos, los condados rurales han sido los más afectados por el acceso restringido a los alimentos; durante la pandemia de Covid-19, las tasas de inseguridad alimentaria se han duplicado del 18% al 35%”, afirmó el estudio realizado por The Lancet.