El fotógrafo Javier Molina, busca combinar elementos de la pintura clásica con símbolos de la cultura norestense a través de su exposición titulada ‘Homenaje al cabrito’.

Lamentablemente, debido a la censura de un museo en Nuevo León, decidió cancelar su proyecto.

"Me siento desconcertado", comentó el artista egresado de la Facultad de Artes Visuales de la UANL, cuyo proyecto está formado por ocho fotografías en gran formato.

En ellas, se pueden observar alusiones a pinturas como ‘El Buen Pastor’, ‘Sacrificio de Isaac’ y ‘Judith con la cabeza de Holofernes’.

(Foto: Reforma)

"Admiro mucho la pintura clásica. Son todo un esplendor en cuanto a técnica y temática", comenta el creador sobre la inspiración de sus obras.

Molina relata que al ver una de sus imágenes, Claudia Ibarra, coordinadora del Museo de Ciudad Guadalupe, lo invitó a montar una exposición. La inauguración estaba agendada el pasado jueves. 

Al inicio, dice que la funcionaria municipal le hizo la observación sobre dos de las piezas que podrían resultar muy fuertes para el público infantil, pues muestran a sagra cabritos abiertos en canal y en una de ellas a una mujer colocando una daga en el cuello de un hombre.

Molina le explicó que las imágenes hacen referencia a pinturas clásicas, como ‘Judith con la cabeza de Holofernes’, tema que inspiró a grandes pintores como Caravaggio, Artemisia Gentileschi y Sandro Botticelli. 

En la imagen, basada en un episodio bíblico, el personaje bíblico femenino decapita al general asirio. Tras su explicación, Ibarra aceptó continuar con la muestra.

Retiraron fotografías sin avisarle al artista

Horas antes de la inauguración, cuando ya estaban las fotografías colgadas, Molina se enteró que le habían retirado las dos obras ‘polémicas’ sin avisarle.

"Ahí es donde llega el desconcierto porque dices: '¿por qué no me avisas primero y me das una explicación? Se me hizo arbitraria la decisión", comenta el fotógrafo. "Me repitió el argumento: 'tengo muchas visitas de niños y están muy fuertes esas fotos'".

La propuesta del espacio fue exponer sólo las seis piezas ‘aprobadas’, pero el fotógrafo no estuvo de acuerdo y decidió cancelar la muestra. Molina desaprueba el cambio a último momento, considerando que ya estaba todo montado y no se engañó sobre el contenido.

Además, considera que el actuar del museo presupone la manera en que el público pueda reaccionar ante las imágenes. 

"Se subestima al público", dice. "Tú ya estás predeterminado sobre qué es lo que pueden o no ver. Es un juicio a priori, estás descartando porque piensas sobre una reacción de la gente, entonces tú le estás quitando una oportunidad de reflexionar sobre algo". 

Y si bien está de acuerdo que algunas imágenes podrían resultar un poco fuertes para el público infantil, piensa que el museo podría haber realizado una guía adecuada o se podrían haber pensado en otras estrategias.

Con información de Reforma