Los trastornos del sueño, cada vez más comunes en la sociedad actual, afectan la salud y el bienestar general de millones de personas. En respuesta a esta problemática, un reciente estudio de la Universidad de Reikiavik revela que la actividad física regular puede mejorar notablemente la calidad del sueño.

Esta investigación, desarrollada durante una década con más de 4,000 participantes de mediana edad, muestra una conexión significativa entre el ejercicio y una mejoría en los patrones de descanso.

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— IberianCitizen (@IberianCitizen) October 27, 2024

El estudio destaca que las personas que mantuvieron una rutina constante de actividad física presentaron una menor incidencia de insomnio y lograron dormir entre seis y nueve horas por noche, la duración recomendada para mantener una buena salud.

Según los datos, el 70.9% de quienes realizaban ejercicio reportaron una duración de sueño dentro de este rango, comparado con el 59.2% de los inactivos.

La frecuencia de ejercicio también es clave

La investigación no solo apunta a la cantidad de ejercicio semanal, sino también a la frecuencia. Aquellos que distribuyeron su actividad en al menos tres o cuatro sesiones semanales lograron beneficios más significativos en la calidad de su sueño que quienes concentraron la actividad en uno o dos días. Esto es especialmente importante para quienes buscan reducir los síntomas de insomnio.

Además, mantener una rutina constante durante varios años parece ser aún más beneficioso. Los expertos del estudio explican que el ejercicio ayuda a regular procesos biológicos importantes para el sueño, como la temperatura corporal, que desciende después de la actividad física y facilita el sueño, así como la liberación de endorfinas que ayudan a disminuir el estrés, uno de los factores principales detrás del insomnio.

Consejos para un mejor descanso

Para optimizar la calidad del sueño, el estudio sugiere medidas adicionales como aumentar la exposición a la luz natural durante el día, reducir el uso de pantallas antes de dormir, evitar el consumo de cafeína y alcohol, y mantener horarios de sueño regulares.

Este estudio subraya el valor de una vida activa como herramienta efectiva para mejorar el sueño y el bienestar general.

(Con información de El Universal)