La ley marcial, utilizada en situaciones de emergencia como guerras, insurrecciones o crisis políticas, permite que la autoridad militar asuma el control del gobierno.

Aunque puede justificarse como una medida temporal para restaurar el orden, su implementación conlleva serios riesgos para los derechos humanos y la estabilidad democrática.

Bajo este régimen, derechos civiles como el habeas corpus, la libertad de expresión y el derecho a un juicio justo suelen ser suspendidos.

Además, los militares imponen restricciones como toques de queda y censura, lo que abre la puerta a posibles abusos de poder.

Según el contexto legal de cada país, la declaración de la ley marcial se ampara en constituciones nacionales o legislaciones especiales.

Ejemplos históricos evidencian los peligros de esta medida. En Filipinas, Ferdinand Marcos declaró la ley marcial en 1972, extendiéndola hasta 1981.

Impacto y riesgos de la ley marcial en la historia

Durante su dictadura, se reportaron violaciones sistemáticas de derechos humanos y se consolidó un régimen corrupto.

De manera similar, en Alemania, la Ley habilitante de 1933 otorgó poderes dictatoriales a Adolf Hitler, eliminando la oposición política y cimentando el Tercer Reich.

Otros casos significativos incluyen la represión de manifestantes en la Plaza de Tiananmén, China, en 1989, y la brutal respuesta militar durante el levantamiento de Gwangju en Corea del Sur, en 1980.

Más recientemente, en 2024, el presidente surcoreano Yoon Suk-yeol intentó implementar la ley marcial, pero esta fue rápidamente revocada por la Asamblea Nacional.

Estos ejemplos destacan cómo la ley marcial, concebida como un mecanismo temporal, a menudo deriva en concentraciones de poder autoritario.

Su aplicación no solo amenaza los derechos humanos, sino que también debilita la confianza en las instituciones democráticas.

Con información de Muy Interesante