Sumergirse en una piscina no solo es una actividad refrescante, sino también una excelente oportunidad para ejercitar todo el cuerpo y aliviar el estrés acumulado por el trabajo, los estudios o la rutina diaria. 

Practicar natación fomenta una sensación de libertad que permite a las personas liberar energía de manera efectiva. 

Este proceso activa el metabolismo, llevando al cuerpo a requerir más nutrientes para mantenerse en equilibrio y continuar rindiendo al máximo. En pocas palabras, comienzas a sentir demasiada hambre apenas terminas de nadar.

(Foto: Canva)

Esto saca de onda a muchas personas, pues piensan que al realizar una actividad física como la natación, sus ganas de comer todo a su paso se desvanecerán. No obstante, las consecuencias son otras.

Acerca de este tema, declaró lo siguiente Máximo Arrieta, especialista en nutrición:

“La sensación de hambre después de nadar puede ser más pronunciada por varias razones relacionadas con la naturaleza del ejercicio de natación y las demandas metabólicas propias del cuerpo en ese contexto atlético”.

“Nadar es un ejercicio que involucra todo el cuerpo y puede ser bastante demandante, lo que conduce a una mayor quema de calorías en comparación con muchos otros deportes. Esto puede aumentar el apetito como respuesta del cuerpo para reponer la energía utilizada”.

¿Por qué me da mucha hambre al salir de nadar?

Tener hambre en exceso al terminar la rutina en el agua puede ser una reacción a la deshidratación, los cambios de temperatura en la alberca, el estrés metabólico, o simplemente una cuestión subjetiva, la cual se produce por factores psicológicos y hábitos.

“Las ganas de comer pueden ser confundidas con la necesidad de hidratación. Es importante asegurarse de que estás hidratado adecuadamente antes y después de nadar para no confundir la sed con el hambre. De igual forma, puede estar influenciada por factores psicológicos y de hábitos. Nadar puede estimular el apetito simplemente porque muchas personas tienen la costumbre de comer después de ejercitarse”.

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“El agua suele estar más fría que la temperatura corporal, lo que aumenta el apetito debido a la necesidad del cuerpo de mantener su temperatura interna estable. O, en algunas ocasiones, hay estrés metabólico en los músculos debido a la resistencia del agua y a la posición horizontal del cuerpo, lo que puede aumentar la necesidad de nutrientes y energía después del ejercicio”, especificó Arrieta.

Apunta los siguientes tips

Hidratación adecuada: Bebe suficiente agua antes, durante y después de nadar para mantener la hidratación.

La deshidratación puede afectar el rendimiento y aumentar el apetito.

Equilibrio de nutrientes: Consume una dieta equilibrada que incluya carbohidratos, proteínas y grasas saludables.

Los carbohidratos son especialmente importantes para proporcionar energía durante el ejercicio.

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Snacks saludables: Ten a la mano botanas saludables y convenientes como frutas, yogurt bajo en grasa, nueces o barras de granola para consumir después de nadar y satisfacer el hambre de manera nutritiva.

Comidas regulares: Come con frecuencia y de manera equilibrada a lo largo del día para mantener niveles de energía estables y evitar episodios de hambre excesiva después de nadar.

Alimentos de recuperación: Después de nadar, elige alimentos ricos en proteínas como huevos, pollo, pescado o legumbres para ayudar en la recuperación muscular.

Combinar proteínas con carbohidratos también puede ser beneficioso para la recuperación y para satisfacer el hambre.

Con información de Reforma