Lucio Catarino Díaz, un trabajador de limpieza en Houston, Texas, fue condenado a seis años de prisión tras declararse culpable de agresión agravada con un arma mortal.

El acusado orinó repetidamente en botellas y dispensadores de agua de una clínica médica, lo que resultó en la transmisión de enfermedades de transmisión sexual (ETS) a varias empleadas.

La investigación inició en septiembre de 2022, cuando una trabajadora notó un olor y sabor anormal en el agua del dispensador.

Al notar que incluso su botella personal presentaba un olor desagradable y un color amarillento, instaló una cámara oculta en su escritorio.

Texas janitor who spread STDs by peeing in workers’ water bottles given lenient sentence https://t.co/xj4wrW204P pic.twitter.com/lXL9YImpd7

— New York Post (@nypost) March 20, 2025

La grabación mostró a Díaz manipulando la botella, introduciendo su pene en el envase antes de cerrarlo y dejarlo en su lugar.

Tras ser interrogado, Díaz confesó haber contaminado el agua deliberadamente y admitió que padecía una enfermedad.

Consecuencias legales y civiles del caso

Posteriormente, pruebas médicas confirmaron que tanto él como la víctima eran portadores del virus del herpes simple tipo 1 y clamidia. Según documentos judiciales citados por PEOPLE, otras empleadas también resultaron infectadas.

La Fiscalía del Distrito de Harris County argumentó que la orina de Díaz fue utilizada como un "arma mortal" debido al riesgo sanitario que representaba. En un acuerdo con la fiscalía, el acusado se declaró culpable, lo que llevó a la desestimación de otros cargos.

Además de la condena penal, Díaz enfrenta múltiples demandas civiles por daños físicos y emocionales. El caso ha generado preocupación sobre la seguridad en entornos laborales y la falta de supervisión en espacios con acceso a líquidos de consumo humano.

Díaz permanece bajo custodia, y aún se desconoce si enfrentará consecuencias migratorias al cumplir su sentencia.

Con información de Infobae