Monterrey.- Lo que era un sueño, se convirtió en una efímera realidad.

En el 2004, Dennis Rodman, una de las estrellas de la NBA en la última década del Siglo 20, arribó a Monterrey para formar parte del plantel de Fuerza Regia.

Seis años después de ser campeón con los Toros de Chicago, junto a Michael Jordan y Scottie Pippen, la misma etapa en la que se centra la docuserie "The Last Dance", Rodman pisó la duela de la Arena Monterrey para defender los colores de la quinteta regia.

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Por tres días, "El Gusano", entonces de 43 años, disfrutó de las amenidades de la Ciudad, convivió con internos del Cereso de Apodaca, a la par de que cumplía en la duela.

Su primer partido fue ante los Santos Reales de San Luis, donde jugó poco más de 5 minutos, lo que provocó molestia en la afición que acudió esa noche a la Arena.

Una lesión en la ingle fue la causante de que no viera más acción ante San Luis, aunque más tarde, esa noche, disfrutó de las actuaciones de las bailarinas de un centro nocturno en el primer cuadro de la Ciudad.

Prometió una mejor actuación para el segundo partido firmado y lo cumplió.

Un par de días después, ante los Correcaminos de la UAT Tampico, Rodman jugó más de 23 minutos, en los que anotó cuatro puntos, dio tres asistencias y tuvo siete rebotes.

A lo largo del encuentro, Rodman cambió los abucheos y las burlas por los aplausos.

Fue un gran enceste del fallecido Sergio Ganem padre, al traer a esta figura de la NBA.

Su estadía por Monterrey duró algo más de 55 horas, aunque la huella del ex basquetbolista, que recientemente cumplió 59 años, tanto en Fuerza Regia y en la Liga Nacional de Baloncesto Profesional, será imborrable.