EFE
AUSTIN, Texas.- El Gran Premio de Estados Unidos de Fórmula 1, que se celebra este fin de semana en Austin, se convirtió en un imán para miles de mexicanos amantes de esta competición y en un punto de reencuentro para familias que viven en ambos lados de la frontera.

Francisco Moctezuma, de Ciudad de México, y su hijo Roberto, que vive en Laredo, Texas, solo se ven una vez cada dos años, y aprovecharon para reencontrase durante el Gran Premio de Fórmula 1: "Es una gran ocasión", dice a Efe emocionado el padre.

El hijo, treintañero, se declara seguidor de Sebastian Vettel y Fernando Alonso, pero admite que esta vez estará muy pendiente de los dos pilotos mexicanos, Sergio Pérez y Esteban Gutiérrez.

Magdalena Padilla lo tiene más claro todavía: "Estamos con los pilotos mexicanos, no hay que perder la fe y alguno podría quedar en el podio", comenta esta texana de origen mexicano, después de comprobar que Pérez y Gutiérrez saldrán este domingo entre los diez primeros.

Padilla, venida desde Dallas, Texas, con su marido y su hija, cuenta que es "maravilloso" que la Fórmula 1 se haya instalado en Austin, a tres horas en coche de la frontera.

"Ahorita estamos esperando a que llegue un grupo de 16 familiares que vienen manejando directamente desde México".

Los dos pilotos mexicanos en la competición, Sergio Pérez, de McLaren, y Esteban Gutiérrez, de Sauber, saldrán este domingo entre los diez primeros lugares en el Gran Premio que se disputa en Austin, desde el séptimo y el décimo puesto respectivamente.

Pérez aseguró que, para él, este es "el fin de semana más importante del año", después de anunciar que ya no correrá con McLaren la próxima temporada.

"Estaré especialmente agudo para conseguir un buen resultado y que mis seguidores se vuelvan a casa con una sonrisa en su rostro", aseguró el mexicano, según recoge el portal oficial de la Fórmula 1.

'Checo' destacó el gran número de espectadores mexicanos del año pasado, cuando Austin acogió por primera vez la competición: "Se podían ver las gradas llenas de banderas mexicanas y todos los seguidores que conocí eran apasionados, entusiastas y buenos conocedores", recordó el piloto.

Su compatriota Gutiérrez también siente una "motivación adicional" en este circuito: "Soy de Monterrey, que está muy cerca de Austin, así que mi familia y también muchos de mis amigos vendrán".

Hay aficionados que llegaron de más lejos todavía. Francisco Ávila Hernández y su grupo de amigos condujeron dieciocho horas desde la capital mexicana para asistir por primera vez en su vida a un gran premio y apoyar a los pilotos mexicanos.

"Venimos para echarle porras a 'Checo' Pérez y a Gutiérrez", dijo convencido. "Yo creo que el 'Checo' va a tener buen lugar y se va a subir al estrado".

Su esposa Lilia, también por primera vez en un circuito de Fórmula 1, esperaba encontrarse dentro "el ruido y la emoción de ver correr los autos".

Los aeropuertos de Austin y San Antonio aumentaron las rutas con el país vecino, recibieron también vuelos chárter, y la organización garantizó que, entre el personal, hubiera trabajadores con la insignia de "Yo hablo español".

Por ejemplo, Alfredo González, cuyos 'abuelitos' cruzaron la frontera en 1913: "Calculo que un cuarto de los asistentes vienen de México", responde en español con un resistente acento mexicano pese a que su familia lleva un siglo en Estados Unidos.