Hermoso toreo de Pablo (fotos)

El centauro navarro realiza gran faena en el Coliseo Yucatán: corta 2 orejas y sale en hombros por la puerta grande.

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Magistral colocación del par de banderillas por parte de Hermoso. (Luis Pérez/SIPSE)
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Dahemont/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Ante más de 8 mil espectadores, Pablo Hermoso de Mendoza refrendó su valía como centauro y logró enardecer a la fanaticada taurina que lo aplaudió a rabiar para tratar de convencer al juez de plaza, Ulises Zapata León, quien se negaba a concederle al jinete navarro las 2 orejas de su segundo enemigo, ayer en la corrida efectuada en el moderno Coliseo Yucatán.

El ibero se mostró alegre, jovial y entregado a su oficio, colgando los rejones de mil maneras posibles, e incluso exponiendo a sus cabalgaduras ante los tajazos de las bestias que le tocó en suerte.

Un burel berrendo capirote de la ganadería de don Fernando de la Mora, con el que inició el festejo al que Pablo le clavó banderillas y rejones de castigo montando sobre “Chereke”, un tordo rodado que mostró carácter para burlar las embestidas e incluso “cocear” con los cuartos traseros para poner distancia del burel. Luego, Hermoso cambió de cabalgadura y trajo a “Napoleón”, otro tordillo de menor alzada pero rápido de remos con el que el centauro colgó las cortas y banderilló a 2 manos, para seguirse al quiebro, que le valió palmas del respetable.

Finalmente, montó a “Churrumai”, un bayo de fina estampa con el que clava el rejón de muerte, donde Pablo descendió de su equino y el toro dobló para que le sea concedida una oreja, con la que se tomó la vuelta con devolución de prendas.

El mejor toro

Sin duda, el mejor toro de la tarde fue el corrido en cuarto sitio nombrado “Montejo”, de la ganadería de “Los Encinos”, que levantó la romana hasta 588 kgs sobre los lomos. El montejuno cárdeno era un toro “chosto”  (viejo) de larga cola pero de gran bravura con el que Pablo se regodea montando  de nuevo a “Churrumai”, ejecutando suertes y requiebros como hacer hilo corriendo de costado, cambios inesperados que sacan de quicio al animal y enciende a los tendidos que baten palmas al ritmo de la música de la plaza.

Luego trajo a “Disparate”, un alazán tostao con el que Hermoso se luce a las mil maravillas ejecutando el “Tío vivo” (carrusel), lances para colgar los garapullos al quiebro, pases milimétricos a la grupa y al estribo, que volvieron un manicomio al coso y Pablo, ya con la sonrisa en los labios, metió el acero para efectos rápidos, mismo momento para que su montura salte sobre el bicho caído y hasta lo muerda. Hermoso de Mendoza también montó a “Duende” (tordillo), “Habanero” (bayo), “Pirata” (blanco), “Dalí” (alazán) y “Viriato” (tordo).

El usía Zapata se portó cicatero con los premios, incluso tardó en conceder y al filo de la bronca soltó el arete… Pablo dijo en el callejón que el burel merecía el arrastre lento por su desempeño, ya que nunca dejó de embestir, incluso -aseguró-, una faena así, en la Plaza México era para que le otorgaran hasta el rabo. Dio vuelta al ruedo con devolución de prendas.

El cartel incluyó a los diestros Arturo Saldívar y al novel Fermín Espinosa “Armillita IV”. Saldívar cortó una oreja a su segundo astado de nombre “Caminante”,  en tanto que el descendiente de los “Armillita” estuvo medroso, desubicado, sin fijar las zapatillas en la arena y mostrando el tono verde de su traje con el capote.

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