Paciencia, la clave de Paola Espinosa

Paola Espinosa es la capitana del grupo de clavadistas que irán a la competición internacional.

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Paola Espinosa(foto), máxima ganadora de México en la historia de los Juegos Panamericanos, buscará en Toronto seguir cosechando medallas. (Notimex)
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Agencias
MÉXICO, DF.-  Paola Espinosa mira con serenidad a 22 días de sus cuartos Juegos Panamericanos. Ha dejado de ser la impulsiva novata de Santo Domingo 2003 para convertirse en un referente del deporte mexicano, ahora se da tiempo para ironizar sobre las lesiones y presumir que está en una posición que admiraba hace 12 años.

Conforme pasan los años aprendes a asimilar cuando te va bien y cuando te va mal; me lo enseñó la experiencia”, dice junto a la fosa del deportivo Ceforma, esa que fue construida prácticamente a solicitud suya y que le han prometido tendrá una remodelación en poco tiempo.

Hay veces que me enojaba muchísimo cuando me iba mal; cuando me iba bien estaba contenta; pero tienes que aprender que ninguno va a durar para siempre”, reconoce la clavadista sudcaliforniana.

Espinosa es la máxima ganadora de México en la historia de los Panamericanos, y también la más madura del equipo de clavados que estará participando en Toronto 2015.

Últimamente la paciencia ha sido mi mejor amigo para saber cuándo tengo que parar, estar tranquila para seguir entrenando y que todo salga bien. Tener la paciencia para escoger una competencia, saber dónde es mejor perder para que te vaya mejor en la otra”, dice cuando se le pregunta sobre su principal virtud.

Me siento satisfecha porque lugar donde me he parado, he tenido una medalla”, avienta sin despecho la clavadista mexicana.

Su historia panamericana comenzó en Santo Domingo 2013, a donde una joven mexicana de 17 años llegó admirando a una histórica canadiense. “Veía a Emily Heymans que en ese momento era de las mejores del mundo, me sorprendía como tiraba clavados; ahora es al revés, yo soy la campeona panamericana”, presume. “Lo que me quedó es que la veía siempre muy tranquila, cuando le iba bien y cuando le iba mal, con la experiencia aprendes que es así, que no pierdes nada, sólo hay que aprender de lo que fallaste”, afirma.

En aquella cita ganó dos platas sincronizadas, trampolín y plataforma. Cuatro años después llegó a Río de Janeiro con su nueva entrenadora Ma Jin, una china obsesionada con el trabajo que se ha convertido en su mejor cómplice.

No había tenido resultados; pero a partir de Río me di cuenta que los entrenamientos valían la pena y terminé con tres medallas de oro y una de plata”, recuerda.

Llegó Guadalajara 2011, encendió el pebetero de los Juegos y ganó nuevamente tres oros. Fue el momento que más recuerda en la historia panamericana: cuando usó un traje Nike, la delegación era patrocinada por Atletica y no la dejaban salir a tirar en la final de 10 metros.

Me dio mucho coraje porque a la gente le importaba más lo que llevaba puesto y no el resultado para México. Ya me habían anunciado y yo todavía seguía en el gimnasio, hasta que Jesús Mena fue a pelearse me dejaron salir, si lo que queremos es un buen resultado, los atletas deben de escoger que se ponen”, advierte.

Toronto 2015, de casi 29 años. La edad de la ironía cuando se le pregunta sobre el mayor reto: “Las lesiones que últimamente no me dejan, mi cuerpo ya está pasando factura. Empiezo a creer que el deporte de alto rendimiento no es tan saludable; pero no importa, tengo al mejor equipo para recuperarme”.

Espinosa competirá en dos sincronizados y una prueba individual en tiempos donde casi nadie tira trampolín y plataforma; ella reta la lógica, parece disfrutarlo: “Me siento realizada, nadie me ha escrito esta historia, lo he hecho yo”. Toronto la espera desde el 10 de julio.

(Con información de Excélsior)

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