MÉXICO.- El candidato del PRI y su esposa salían de su reunión, en cierta taquería capitalina, con Armando El Jaguar Ríos Piter y algunas personas les gritaron: “¡Obrador!, ¡Obrador!”.
José Antonio Meade y Juana Cuevas respondieron a tales expresiones con amabilidad y educación. Realmente se vieron bien, indicó el portal SDP en su sitio web.
Una comensal que se encontraba en el restaurante donde se reunieron Armando Ríos Piter y José Antonio Meade gritó "¡Obrador!", "¡Obrador!", "¡Obrador!" y les dijo "van a perder". pic.twitter.com/2Y2oJTsxuj
— FAFHOO (@Fafhoo) 21 de abril de 2018
Sin duda, son personas de primera el candidato del PRI y su compañera. Si no les está yendo mejor en la actual campaña electoral presidencial se debe a que representan a la opción política más rechazada: la priista.
¿Ya están perdidos José Antonio y Juana? El domingo, en el debate, se sabrá.
Si lo lograra, a Meade no se le complicaría demasiado ir por el voto útil del candidato del PAN, Ricardo Anaya, que nomás no es nota por ninguna razón positiva, a pesar de que claramente es el favorito de algunos periodistas e intelectuales destacados.
Meade colaboró en el gobierno del esposo de la señora Zavala.
Meade podrá, con la señora Zavala, defender un gobierno, el de Calderón, que a juicio de muchos, funcionó.
Podrá además, como ella, presentarse como una opción no partidista. Porque él, si bien es candidato del PRI, no milita en ningún partido.
Y claro, antes del debate, es decir, este mismo sábado, Meade debe corregir el error de haberse negado a asistir a un evento del Tecnológico de Monterrey. Debe rectificar y aceptar la invitación de los estudiantes.
¿Que podrían abuchearlo? Ni hablar, es el riesgo en las campañas. Ya le pasó, en esa universidad, a Luis Donaldo Colosio, a pesar de que este había estudiado en el Tec.
Si le chiflan, José Antonio Meade sabrá responder con decencia a los muchachos. La integridad es el principal atributo de su personalidad. Se trata de una virtud que sobre todo luce ante la incomprensión de los otros. No debe desaprovechar la oportunidad.