Iñarritú pierde ante Roy Andersson en Festival de Venecia

El filme Birdman del cineasta mexicano no logró impresionar tanto al jurado como lo hizo la deliciosa y minimalista comedia del sueco.

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Roy Andersson posa para los fotógrafos con su León de Oro a la mejor película por 'A Pigeon Sat On A Branch Reflecting On Existence'. (Agencias)
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Agencias
VENECIA, Italia.- Lo inicuo y lo imprevisible ha vuelto a repetirse con Birdman, el film del mexicano Alejandro González Iñarritu, ignorado por el jurado del 71o. Festival de Venecia presidido por el compositor de cine francés Alexandre Desplat, igual que le había pasado en 2013 a su compatriota y amigo Alfonso Cuarón con Gravity.

Igual que en la muestra de este año, Gravity también fue película inaugural y Cuarón como González Iñarritu fue ganador del premio del Future Festival.

Ningún otro film del festival había unido el juicio favorable del público y de la crítica como Birdman pero el jurado prefirió premiar a una deliciosa y minimalista comedia del sueco Roy Andersson, Una paloma sentada en una rama que reflexiona sobre la existencia, considerada más merecedora de un espaldarazo que la película de Iñárritu, destinada a un éxito global y a una probable cosecha de Oscar, tantos o más que los siete ganados por Gravity, según publica el sitio web ansa.it.

Pero es injusto tirar al cesto de los papeles a la película más innovadora, inteligente, divertida y profunda de todo el festival simplemente porque tiene detrás a una gran productora de Hollywood que lo difundirá por todo el planeta.

A favor de Andersson ha seguramente pesado el hecho de poseer una parsimoniosa filmografía (cada episodio de esta trilogía concluida en Venecia se estrenó a siete años de distancia uno del otro) y con este ritmo el cineasta sueco de 71 años no tendrá muchas posibilidades más de llevarse un premio tan prestigioso como el León veneciano. 

También el premio a la mejor dirección recayó en un veterano que hacía doce años no frecuentaba la pantalla grande. 

Andrei Konchalovski con sus 77 años y con una carrera más que honorable en su país y en Estados Unidos realizó con "Las noches blancas de un cartero" un fresco lírico donde historias mínimas se desarrollan en el marco de una naturaleza esplendorosa, repleta de bosques, ríos y lagos que se vuelven más interesantes que los pequeños incidentes que ocurren en un tranquilo pueblito del norte de Rusia.

El favorito de todos, público y crítica, junto con Birdman era el documental de Joshua Oppenheimer The Look of Silence sobre el genocidio de un millón de comunistas en la Indonesia del golpe de estado militar de 1965 pero es probable que se considerase que un documental no podía ganar dos años seguidos un León de Oro (en 2013 lo había ganado el italiano "Sacro GRA") y debió conformarse con el Gran Premio del Jurado.

Si había un premio consuelo para el cine italiano, que había presentado tres buenos candidatos pero nada excepcionales, este no era seguramente para los dos actores de Hungry Heart de Saverio Costanzo porque lo merecían mayormente el clima tenso de Anime nere de Francesco Nunzi sobre la mafia calabresa o el actor Elio Germano por su interpretación del poeta Giacomo Leopardi en "Il giovane favoloso" de Mario Martone.

Justos pero no acertados los premios al mejor guión de un film iraní más preocupado en esquivar la ira de la censura que en pintar personajes o el especial del jurado para un film turco, rico en tiempos muertos para rellenar los 97 minutos de película con el tema del ingreso de un niño en el mundo de los adultos, perfecto para un corto.

En contraste, al León de Oro, totalmente justiciero el premio Mastroianni al joven Romain Paul, excelente protagonista de Le dernier coup de marteau de la francesa Alix Delaporte. 

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