Oscar, con las manos atadas

Los parámetros para la entrega de los premios a los mejor del cine dejan fuera muchas cintas de calidad.

|
Una estatua del Oscar 'espera' la 88a entrega de los premios, a las afueras del teatro Dolby. (AP)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Agencias
NUEVA YORK, NY.- En la reciente sátira de los hermanos Coen sobre Hollywood de la década de 1950 Hail, Caesar! el director británico Laurence Laurentz, interpretado por Ralph Fiennes, encabeza un drama con mujeres en vestidos de gala y hombres de frac.

La película Merrily We Dance, dice Laurentz, es una "cinta de prestigio". Pero está claro que los Coen piensan que las "películas de prestigio" pueden ser una broma al igual que cualquier otro tipo de película. En la actualidad Merrily We Dance habría estado destinada a los Oscar.

Últimamente los estrechos parámetros de las películas celebradas por los Oscar no han sido tan graciosos. Las solemnes películas de prestigio se han afianzado en los Premios de la Academia, mientras que las películas protagonizadas o dirigidas por las minorías han tenido problemas.

Hay muchos factores detrás de lo que ha llevado a dos años consecutivos con actores nominados únicamente de raza blanca, uno de ellos es la asfixiante limitación de lo que es considerado "película de Oscar".

Lo que generalmente lleva a una cinta a una nominación como mejor película o a una estrella a una nominación como actor es la confluencia de varios factores que generalmente no tienen mucho que ver con la calidad. Influye cómo se estrena una película (una buena gira por el circuito de festivales puede tener muy buenos resultados), qué tanto apoyo tiene de sus distribuidores (las fiestas y anuncios que implican las campañas de los Oscar son costosos) y qué tan dispuesto está el talento a promoverse.

"Es un fraude", dijo Viggo Mortensen, quien fue nominado en 2008 por la cinta Eastern Promises de David Cronenberg.

"El proceso de nominación es esencialmente dirigido y dictado por el dinero y las relaciones públicas en el manejo", dijo Mortensen. "Y por eso cada año sólo hay unas pocas, en mi opinión, cintas nominadas merecidas con una calidad perdurable".

Las películas nominadas este año presumen de tener algunas cintas fuera de la zona de confort tradicional de la Academia, especialmente la cinta postapocalíptica de George Miller Mad Max: Fury Road, la segunda más nominada de la noche después de The Revenant.

Pero muchas de las películas que podrían haber cambiado los premios de este año, no encajaban en los límites constreñidos de la carnada de los Oscar.

Lo que lleva a una cinta a una nominación es la confluencia de varios factores que no tienen qué ver con la calidad

Aunque Creed de Ryan Coogler logró una nominación para Sylvester Stallone como actor de reparto, tenía las posibilidades en su contra. Es la séptima entrega de una serie que no tuvo mucho apoyo de su estudio Warner Bros.

Su ánimo humanístico, al igual que la cinta anterior de Coogler Fruitvale Station, también protagonizada por Michael B. Jordan, está fuera del tipo de películas protagonizadas por actores negros que suelen llamar la atención de la academia.

Pocos actores de raza negra han ganado por una cinta de un director negro. La gran excepción es Denzel Washington por Training Day de Antoine Fuqua. Ninguna actriz negra ha ganado por una película dirigida por un director negro.

La cinta sobre N.W.A Straight Outta Compton -a la que le faltó un protagonista negro o el peso histórico de 12 Years a Slave - tampoco encajaba en el criterio usual. Un miembro de la academia, el guionista y director Rod Lurie, dijo que escuchó que muchos votantes de la academia rechazaron incluso ver Straight Outta Compton.

El gusto tiene cierto peso, pero el terreno no es parejo. Si no fuera sí, Melissa McCarthy ya tendría varios Oscar.

Al igual que muchos otros géneros la comedia es olvidada en la temporada de premios. Este año la tendencia llegó a un punto casi absurdo, cuando la sombría Joy de David O. Russell y la aventura espacial nerd The Martian se filtraron a la categoría de comedia de los Globos de Oro.

Esa ha sido la razón por la que Leonardo DiCaprio no fue considerado por su actuación brillante y extravagante en The Wolf of Wall Street, de Martin Scorsese, pero es probable que gane por arrastrarse en la tierra y comer un hígado de bisonte en The Revenant. Sólo uno de los 20 actores nominados este año, Jennifer Jason Leigh en The Hateful Eight, es realmente cómico. E incluso ella recibe una golpiza seria.

Las películas de países que no hablan inglés y los documentales prácticamente no tienen posibilidades de tener la misma consideración que una épica histórica o un fastuoso drama de época. Si lo tuvieran el drama turco de producción francesa Mustang, el tremendo debut de Deniz Gamze Erguven, estaría compitiendo junto a Spotlight. O el documental de Joshua Oppenheimer sobre el genocidio de Indonesia, The Look of Silence, sería una rival para Bridge of Spies.

'Ganador del Oscar' es una etiqueta que se queda más allá de la muerte

Los Oscar se tratan menos de premiar a las mejores películas que de afirmar el sentido de Hollywood sobre sí mismo, por eso escandaliza la exclusión. Richard Brody de The New Yorker ha escrito: "El autorretrato idealizado de Hollywood".

Esa es una de las razones por las que Birdman de Alejandro González Iñárritu, una película sobre una estrella de Hollywood luchando por una salvación artística fuera de las películas de superhéroes, ganó el Oscar a la mejor película el año pasado. Fue un voto no sólo para Birdman, sino contra la dominación de Marvel.

Cualquier temporada de premios se construye sobre el consenso y por eso puede alejar a candidatos enérgicos como Chi-Raq de Spike Lee, o la grabada con iPhone Tangerine o la refrescante historia del paso a la edad adulta Diary of a Teenage Girl.

Pero a pesar de reconocer constantemente películas mediocres que encajan en un estándar limitado, los Oscar importan. Fuera de un Nobel o un Pulitzer, ningún premio está más fijado al legado de una persona; "ganador del Oscar" es una etiqueta que se queda más allá de la muerte.

Pero vale la pena recordar, que la falta de uno no le quitó lustre a Alfred Hitchcock, Cary Grant, Barbara Stanwyck, Akira Kurosawa, Ingmar Bergman, Fred Astaire, Joseph Cotton o Marilyn Monroe.

Lo más leído

skeleton





skeleton