Celebran fiesta electrónica en Los Andes

La cordillera sudamericana fue la sede nevada para el Corona Sunsets Festival celebrado en Santiago de Chile.

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Aspecto del Corona Sunsets Chile, que se llevó a cabo bajo nieve en la zona del Mirador Alto de Farellones, en Los Andes. (Twitter: @Cerveza_Corona)
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Milenio Digial
FARELLONES, Santiago de Chile.- Por espacio de ocho horas los beats provocaron la fiesta en Los Andes, justo en la zona del Mirador Alto de Farellones, donde ayer al mediodía nevaba, pero eso no impidió que los amantes de la música electrónica llegarán a su cita con el Corona Sunsets de Chile.

La producción ya se había encargado "durante dos semanas" de transformar la montaña en un gran antro, donde el domo edificado en estructuras metálicas y plástico sería la sede de los dj. También estaban listos los stands de madera, donde se vendieron gorras, bufandas y guantes hechos por artesanos del lugar para cumplir con otro de los objetivos de la fiesta del Sunsets, "promover las artesanías de cada una de las sedes del festival", dijo Marco Zuin, gerente de Corona Chile, en entrevista con ¡hey¡

Mientras el público empezaba a llegar a la cita, los protagonistas del Sunsets, que en su versión chilena cambió el cálido clima de playa, donde surgió el festival hace cuatro años en México, por el clásico frío del invierno que se vive en la cordillera sudamericana, ya tomaban su lugar frente al tornamesa.

A Mambo Deep le tocó abrir el ambiente y aunque a las 2 de la tarde eran pocos los fans de la electrónica que habían subido casi 3 mil metros sobre el nivel del mar para ser parte de la experiencia, el músico igual derrochó sensibilidad en sus pinchazos.

La nevada aminoró y para las 4 de la tarde el frío estaba superado gracias a las chamarras, botas, bufandas, guantes y, por qué no, hasta una que otra cerveza, que además saciaba la sed, que igual da en la cima de la montaña.

Antojitos mexicanos

Para entonces, el público ya superaba los mil asistentes, de acuerdo al reporte oficial, y los invitados antes de llegar al domo, donde ya tocaba Alex Ardair, quien siguió a Ale Paz, se detenían en el mercadito vintage, o bien a ponerse un tatuaje gratuito o tomar algún alimento típico de Italia, Australia, Chile y México, sedes del Sunsets.

La puesta del sol alrededor de las 7 de la noche contrastó con el blanco de la cordillera, y presagió la presencia de la noche que se sumó a la fiesta que continuó amenizando Klangkarrussel. El buen ambiente ya se percibía por toda la zona, al interior del domo, donde se veía un movimiento uniforme de cuerpos con los beats, que se reproducían por la montaña.

La misma escena era constante por los pasillos, zonas de comida, venta y hasta en las filas para los baños, que se montaron para las 2 mil personas que fueron convocadas.

Al filo de las 9 de la noche, Bad Raiders se apoderó de la tornamesa y de la gente que bailaba a su ritmo, pues la fiesta estaba a punto de concluir, de ahí que muchos se encaminaban a sus autos, o a los camiones, que con dos cervezas y un alimento, formaron parte del paquete por 50 dólares para vivir el Corona Sunsets Chile.

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