“Las estafadoras” se quedaron cortas
Es entretenida, pero carece de novedad al tratar de imitar las cintas anteriores.
Rafael R. Deustúa
En su momento “Ocean's 11” fue la sensación por contar con varios de los grandes nombres del espectáculo: Frank Sinatra, Dean Martin y Sammy Davis Jr., el legendario “Rat Pack” entre ellos. Cuarenta años después, Steven Soderbergh la rehizo con maestría y el carisma de George Clooney y Brad Pitt, obteniendo una trilogía. La nueva versión femenina lamentablemente se queda en un “si hubiera”.
Debbie Ocean, la menor de la familia, sale de la cárcel y pronto se reencuentra con su antigua socia Lou, Cate Blanchett, a quien confía su plan maestro para alcanzar la riqueza, plan que elaboró durante los cinco años de cárcel que purgó tras ser traicionada por su ex novio. Para lograrlo reclutan un equipo de especialista, sólo mujeres, pues los hombres no son de fiar.
“Si tan sólo hubieran”... conseguido un mejor libreto y otro director, éste proyecto quizá habría sido exitoso, pero el guión de Olivia Milch y Gary Ross no está a la altura de los que Steven Soderbergh empleó en “Ocean's 11-13”.
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Exige demasiada credibilidad por parte de la audiencia, las maniobras son predecibles y el director Ross estaba tan ocupado imitando el estilo de dirección de Soderbergh, que no logra tapar los agujeros de la historia.
Imitar es la palabra clave. Ross trata de usar el mismo estilo narrativo pseudo sesentero que hizo tan distintivas a las cintas anteriores, con escenas cortas que van dando las pistas de la estafa, sin explicarla realmente. También parece que pidió a Sandra Bullock que imitara a Clooney, mientras que Blanchett es Pitt, pero a ninguna les queda el papel... si tan sólo las hubieran dejado elaborar sus personajes.
La historia tiene el gran problema de carecer de villanos, no hay un despiadado Terry Benedict al cual odiar y vencer, sólo la anónima organización de una cena y un ex novio sin carácter.
En realidad parece que Debbie Ocean y sus amigas sólo van de compras sin pagar, no hay sensación de riesgo ni la sospecha de que puedan fallar... No hay emoción, no sorprende.
Lo que le queda al filme son algunas buenas puntadas, muchos cameos de celebridades, y casi la seguridad de que no habrán “Ocean's 9” y “Ocean's 10” que puedan enlazar las historias de Debbie y su hermano Danny.
Un filme entretenido, pero para verse más como una curiosidad en la tranquilidad de su casa.