‘La Dama de Negro’ vuelve a sembrar terror en Cancún
El público no se perdió este montaje protagonizado por Odiseo Bichir y Fabián Pazzio.
Jocelyn Díaz/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Poco interés mostró el público cancunense ante la maravillosa puesta en escena “La Dama de Negro”, basada en el texto de Susan Hill, la cual por años ha sembrado terror en las salas de teatro de toda la República Mexicana.
La noche del lunes se llevó a cabo la función número 6 mil 706 de esta obra, que tiene 24 años ininterrumpidos presentándose, y que encantó a quienes decidieron no perderse este gran montaje protagonizado por Odiseo Bichir y Fabián Pazzio.
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En punto de las 7 de la noche, el productor Antonio Calvo pidió al auditorio apagar completamente sus teléfonos celulares, pues era necesaria la total oscuridad en el recinto para crear la intención de la obra; al llegar la tercera llamada, el público se acomodó en su butaca a la expectativa de lo que pudiera suceder.
Arthur Kipps y John Morris dieron inicio a esta historia en la que Arthur, interpretado por Odiseo Bichir, contrata a un director de teatro John (Fabián Pazzio), para que sea el encargado de contar en una obra su terrible encuentro con “La Dama de Negro”, una presencia que está en todos lados y que si la miras a los ojos serás blanco de una horrorosa tragedia.
El público viajó de un momento a otro a la ruidosa ciudad de Londres, gracias a las excelentes actuaciones de Odiseo y Fabián, quienes crearon en el primer acto la confianza de la gente mientras viajaban en un tren y daban los pormenores de dónde sucedieron las primeras apariciones de esta espectral presencia.
La noche avanzaba, los actores se acercaban al lugar y el miedo comenzó a respirarse en el oscuro Teatro de Cancún ante la primera y repentina aparición de “La Dama de Negro”, la cual provocó sobresaltos y gritos en los asistentes, quienes lograron respirar y moverse de sus asientos al escuchar que habría 10 minutos de intermedio.
Curiosamente, en el intermedio nadie se paró de su lugar y prefirieron esperar la segunda parte de la obra, en la que los personajes llegaban a la temida mansión de Ibel March, lugar donde se originó la maldición, según cuenta la leyenda.
Una escalofriante oscuridad, sonidos estruendosos, una atmósfera de terror e incertidumbre de la mano del maestro de la actuación, Odiseo Bichir, quien dio vida a varios personajes de la historia, mantuvieron al público sin parpadear y atento a lo que vendría, sin saber que estaban a punto de experimentar el verdadero miedo.
Justo en el momento en que se manifestó la presencia que recorrió las butacas, las risas de un pequeño muerto se escuchaban por los pies, por las espaldas y pasaban frente a los espectadores, haciéndolos vivir en su esplendor la verdadera magia del teatro.
Con un final inesperado, los afortunados espectadores aplaudieron las excelentes actuaciones de ambos actores y, maravillados con la experiencia vivida, abandonaron el teatro con una sonrisa de asombro, algo que poco a poco se va perdiendo por el ritmo de vida de la gente y que esta obra lo mantiene vigente, así como esta puesta después de 24 años.