Milenio digital
MÉXICO, D.F.- Para Alberto Mar, director de Don Gato y su Pandilla, emprender y contar historias animadas tiene sus similitudes. Todo parte de un sueño, de una idea, de una fantasía. Luego con trabajo, dedicación, pero sobre todo con mucha perseverancia, se alcanza el objetivo; aunque en el camino hayan muchos obstáculos por librar.

Fracasar es parte del camino, dice Alberto, pero también lo es seguir intentando hasta que algo funcione. “He estado en proyectos con mucho éxito y otros más que han pasado de largo, sin que nadie se entere, pero simplemente no te detienes porque creo que nadie, o en mi caso por lo menos sé que la primer cosa que hice no fue exitosa”, aseguró.

En septiembre de 2011 “Don Gato y su Pandilla”, cinta producida por Ánima Estudios e Illusion Studios, se estrenó en 492 cines a nivel nacional. Rompió récord de taquilla en su primer día de exhibición de una película mexicana, al recaudar 15.4 millones de pesos con 343 mil espectadores. Después de varios fracasos, Alberto lo logró.

Constancia, paciencia y seguridad

El cineasta y animador compartió con Milenio las tres lecciones que le han servido durante su carrera para alcanzar cada meta que se ha planteado: siempre intentar, tener mucha paciencia y separar el trabajo de la vida personal.

1. Siempre hay que intentar. Lo primero que uno hace nunca es lo mejor. El producto va a mejorar en la medida en que se vaya trabajando. Cuando algo funciona es porque atrás hay muchas horas de esfuerzo.

2. Dedicación y mucha paciencia. No se trata de sentarse y querer hacer todo en un solo día, sino hacer un poquito todos los días hasta lograr tu objetivo.

3. El trabajo no eres tú. Las personas cometemos el error de extendernos a través de nuestro trabajo. Si nuestro trabajo funciona, entonces somos buenos, pero si no logramos éxito en el trabajo entonces no somos buenas personas. No es así. Hay que darle una distancia a lo que hacemos de lo que somos, porque cuando un proyecto fracasa inmediatamente pensamos en que también nosotros fracasamos y no es así. Hay que sobreponerse a las fallas con la voluntad de aprender para mejorar.