Adrián Barreto/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- Hena Iris Moreno Corzo vive el presente. Así es el escenario, el teatro. Solo así sucede y es vigente. Una profesión, la de actriz, a la que se ha dedicado toda su vida y que ella lo cataloga “de alto riesgo”. Nacida en el Distrito Federal y especializada en el estilo clawn, ha dedicado ocho años a generar una plataforma actoral en Playa del Carmen en el Caracol Marino.

¿Cómo te sientes en estos ocho años de tener el Caracol Marino?

Ha sido muy gratificante. Desde que inicié comencé a dar clases para niños por mi especialidad, y me gusta además, y por eso se generó primero un grupo de niños antes que de adultos. Los chicos han sido un soporte emocional, a pesar de que han ido creciendo, las primeras generaciones ya son unos jóvenes universitarios y de preparatoria, pero ha sido una experiencia muy grata en la que incluso ha participado mi hija, aunque ahora tiene otros intereses. Cada que se va una generación es duro, pero tienen que irse.

¿Cómo se acercan los niños al teatro?

En verano vienen muchos niños por las vacaciones, los papás los traen y se juntan muchos niños. No todos se quedan, cuando regresan a la escuela hacen otras actividades. Ahí crece mucho nuestra plantilla de estudiantes, y ahora tenemos un trabajo de la localidad, aquí en la colonia Colosio, con los chicos que están desatendidos porque los padres tienen jornadas de 12 años de trabajo, y nosotros fungimos como una red de apoyo, de contención para los jóvenes y así vamos generando nuestros grupos de trabajo.

¿Cuál de todos tus alumnos o generación te ha marcado más?

Una vez participamos en el Festival de Vida y Muerte, montamos La Muerte Reciclada contando varios cuentos infantiles en el entorno de un entierro de un niño payaso, los niños hicieron un trabajo formidable. Ese grupo es muy sólido: dos hermanitos, Emanuel y Josué han resultado unos actorasos fabulosos que se montan a las telas, hacen capoeira, y ellos trabajan muy bien tanto con niños y adultos. De ahí estos hermanos han sido una revelación.

¿Ves potencial de las nuevas generaciones en el teatro?

Yo no creo que la policía tenga que fortalecer la seguridad de este lugar, sino que es la educación y la cultura la que nos va proteger de esa envestida violenta que hay en el país. Yo estoy muy comprometida socialmente y vamos a seguir con ese camino para que desde niños tengan esta experiencia. Aquí es un terreno propicio para genera una nueva sociedad, ya lo dijo Pitágoras: educa a los niños y así no castigarás al adulto, y creo en ese precepto.

¿Quiénes son los niños que llegan aquí, hay un perfil o qué ves en ellos?

Aquí tenemos un grave problema de educación, he recibido una cantidad enorme de niños que no han desertado o que no han estudiado o que están en sexto de primaria y no saben leer ni escribir. El maltrato de las escuelas es brutal, los chicos me cuentan sus problemas y por eso me acerqué a la antroposofía y logré que algunos alumnos fueran becados por la fundación Aklum, que tiene el modelo educativo basado en la antroposofía, que busca generar un desarrollo espiritual e intelectual en los niños, en el sentido de comulgar con uno mismo y reconocer lo que hay de divino en nosotros.

¿Antes de llegar aquí con el Caracol Marino qué hacías?

Teatro. Soy egresada de la carrera de Literatura y  he hecho teatro de Cuba, en Colombia, Argentina, Chila y Brasil. Me especialicé en clown y también danza butoh que proviene de Japón, y he tratado de fusionar esas dos técnicas.

El Caracol Marino se ubica en la calle 80 entre Quinta y 10, en la colonia Colosio y es una organización sin fines de lucro. Tiene clases de teatro y clown lunes, miércoles y viernes de 4:00 a 5:30 y los martes y jueves en el mismo horario hay danza aérea, sin límites de edad.