Reabre el primer Museo del Tatuaje

El museo ubicado en la Ciudad de México se abrirá de nueva cuenta, el próximo 2 de febrero.

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El Museo del Tatuaje tiene como principal objetivo compartir y difundir el arte del dibujo en la piel de las personas.(Foto tomada de Facebook/Museo del Tatuaje)
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Agencias
CIUDAD DE MÉXICO.- Más tres mil piezas, que dan cuenta de lo que ha sido la historia del tatuaje en México y el mundo, serán exhibidas en el primer Museo del Tatuaje, cuyo objetivo primordial es compartir y difundir el arte del dibujo en la piel, informa Notimex.

Ubicado en una de las avenidas más importantes de la ciudad, como lo es Insurgentes Sur, en la capital mexicana, el Museo del tatuaje se encuentra listo para ser reinaugurado este 2 de febrero, luego de haber permanecido por varios meses cerrado, para ampliar sus instalaciones.

De esta manera, el inmueble único en su tipo en esta ciudad, pretende seguir llevando a sus visitantes por la magia y misticismo que rodean el arte del tatoo, que hasta hace unas décadas era mal visto y era motivo de discriminación en México.

Tony Serrano, fundador y director del museo, aún recuerda que en sus inicios ser tatuador era sinónimo de haber estado en la cárcel o ser considerado un maleante.

Sin embargo, al paso del tiempo, con la llegada de programas enfocados a esta temática y personalidades del ambiente musical que mostraron sin tapujos su afición por este arte, las cosas comenzaron a cambiar.

Artistas respaldaron el arte

“Saúl Hernández, del grupo Caifanes, y Rocco, de La Maldita Vecindad, fueron de los primeros en respaldar este arte, al mostrarle a la gente que no era nada malo y que forma parte de la cultura, porque desde la época prehispánica ya existía”, comentó Serrano.

Por ello, su idea de crear un museo que dé cuenta de esta historia y cómo ha evolucionado a través de los años, no sólo en sus técnicas, sino también en la aceptación de las personas, que ahora ven el arte del pintado en la piel como algo común y digno de mostrarse, “se ha convertido en un lujo”.

“Hemos aprendido a ser más tolerantes y a respetar, aunque aún hay a quienes se les hace difícil ver la piel pintada y mi madre es una de ellas”, dijo el creativo.

Añadió que cada vez que se hace un nuevo tatuaje, su madre le dice: “¿otra vez Tony?, pero a mí me gusta y desde chico busqué la manera de aprender”, comentó, mientras muestra sus brazos que ya han sido tatuados en una buena parte.

Desde hace más de dos años, Serrano se aventuró a crear este espacio, en donde se pueden encontrar piezas de incalculable valor tanto histórico como emocional.

Por iniciativa propia, el tatuador recopiló todo este material que complemento con algunas donaciones y que ahora resguarda en perfectas condiciones, con el único objetivo de compartir.

“En estos momentos, más que fama o dinero, me llena más hablar sobre lo que es mi pasión y mi profesión”.

Tarjetas de los primeros tatuadores del país, así como propaganda y publicidad de varias épocas, se exhiben en las sencillas vitrinas de cristal del lugar, donde Serrano se ha convertido en un excelente guía que revela a cada paso la importancia de las piezas.

“Pueden ser simples tarjetas, pero en ellas está la historia de quienes han hecho el tatuaje en el país, algunos de ellos ya fallecidos”, explico Serrano, quien cuenta con 27 años en esta profesión, que le ha permitido realizarse.

Pero aún recuerda con una sonrisa sus inicios y cómo con unas cervezas convencía a sus amigos para que accedieran a tatuarse.

Es así, que hoy, y a casi tres décadas de distancia sus metas se concretaron e incluso fue requerido por el gobierno cubano para dirigir la primera escuela de tatuaje en ese país, que se planea abrir.

Duros castigos

Este artista del tatoo relata con nostalgia que antes por el hecho de portar agujas, tinta y ser punk, las autoridades lo remitieron a la delegación, de ahí que también decidiera exhibir su primer permiso que lo acreditaba para ejercer la profesión, en 1993.

Mientras recuerda sus anécdotas que están íntimamente ligadas a este espacio, reconoce que ha surgido gracias a la creatividad y ha sido el motor para la creación de las máquinas de tatuaje, debido a que algunas están hechas de materiales como encendedores, lápices, aguja y motores de carros de control.

En otros espacios se encuentran algunos vestigios de cómo surgió en el mundo el tatuaje, pero sin duda una de las que más llama la atención es la denominada “El tatuaje carcelario”, del que mucho se habla en las películas, pero poco se sabe y es la base de lo que hoy se conoce.

Esta técnica, llevada a cabo por los presos, radica en la realización de máquinas hechas con utensilios de cocina o lo que tienen a la mano, mientras que las tintas se hacen a base de tizne, con shampoo, agua y aceite, para después dibujar sobre la piel.

“Todo queda muy bien, se hacen trabajos con esta técnica de muy buena calidad”, señaló Serrano, quien mostró uno de sus tatuajes hechos bajo este procedimiento, que también será expuesto en un taller que ofrecerán a mediados del mes entrante.

Señaló que buscan crear un museo interactivo, a donde quienes acudan puedan probar una máquina de tatuaje, conocer un poco de este arte y su realización, “será interesante y creo que eso también ayudará a seguir fomentando una cultura.

“Debemos recordar que ya contamos con una licencia para ejercer, además de que seguimos estrictos controles sanitarios”, explicó, al tiempo que reconoció que el sueño no termina aquí, ya que buscará seguir creciendo con este museo, que invita a conocer más sobre el arte del tatuaje.

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