Héctor Bonilla confiesa que podría quedar ciego

El actor reconoce que desde hace cinco o seis años padece glaucoma, y que si se acentúa, tiene peligro de perder la vista.

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'Si yo quedara ciego, así andaré en el escenario, pero seguiré sonándole', dijo el actor Héctor Bonilla. (Archivo/Notimex).
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Agencias
MÉXICO, D.F.- El actor Héctor Bonilla es fuerte como un roble, y ni la operación de cadera a la que fue sometido ni el serio problema ocular que lo aqueja actualmente lo han detenido en su carrera de actor, publicó el sitio web de Zeleb.

"Ciego andaré así en el escenario, pero seguiré sonándole", asegura Bonilla a las cámaras de Ventaneando, con la seguridad de quien sabe que su primero y último amor es la actuación.

El actor de 76 años, y pareja de la también actriz Sofía Álvarez reconoce que fue su culpa lo del glaucoma, y lo explica de esta manera: 

"Yo he leído mucho en la noche, siempre, dos, tres horas, entre la una y las cinco de la mañana. Ahora he disminuido mi lectura por la noche, que era mi placer, y que evidentemente es lo que se cargó mis ojos, pero así estoy bien", aseguró.

Héctor Bonilla, padre de los actores Leonor, Sergio y Fernando Bonilla dice que hace cinco o seis años le descubrieron el problema en sus ojos.

Me lo descubren hace cinco o seis años. Yo torpemente no me daba cuenta de los primeros síntomas. Me ponía yo unos lentes de sol y veía que se me poblaban de gotitas del calor que emanaban mis ojos. Pero no lo tomé  en cuenta.

El riesgo de padecer glaucoma, reconoce Héctor Bonilla, es que en algún momento le puede llegar la ceguera.

Cualquier gente que tenga glaucoma, si se acentúa, tiene peligro de perder la vista, cualquiera, pero me dice el doctor que puedo pasar el resto de mi vida sin problema. Ciego andaré así en el escenario, pero seguiré sonándole.

Nada de operación

"Tengo problema de glaucoma, pero nada de operación, es decir, desde hace cuatro años me pongo sistemáticamente unas gotas que me mandó el oculista y sigo con eso".

Héctor Bonilla siempre fue deportista, prácticamente diario salía a correr al bosque de Tlalpan, en la Ciudad de México, dentro del cual recorría varios kilómetros.

Sin embargo, en mayo de 2011 fue sometido a una cirugía de cadera que, pese a lo que muchos esperaban, no lo alejó de los escenarios; sino al contrario, lo mantuvo ahí, aunque sí lo volvió en un actor más precavido.

"Eso sí, a raíz de esa cirugía le dijo adiós a su afición a correr. Por correr durante 40 años un promedio de cinco kilómetros diario, me acabé el cartílago de la cadera.

"Mi recuperación ha sido muy minuciosa, desde la alimentación hasta el ejercicio permanente que hago en la alberca, explicó a la agencia Notimex en 2011, durante uno de los ensayos de la obra Civilización, la número 127 en su carrera.

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