Agencias
MÉXICO, D.F.- Un recorrido y una puesta en escena que da cuenta de una de las instituciones medievales más crueles e importantes de la historia, ofreció el espectáculo “Juicios de vivos y muertos en el Palacio de la Inquisición”, que se realizó la víspera en el Palacio de la Antigua Escuela de Medicina, en esta ciudad.

El espectáculo, que se repetirá el 4 de octubre y había sido visto por primera vez en junio pasado, contó con la participación de la compañía escénica Fénix Novohispano, la dirección de Francisco Hernández y la dramaturgia de Daniela Pérez Acosta.

Tribunal del Santo Oficio

Primero fue ofrecido un recorrido por antigua la sede del tribunal del Santo Oficio; a cargo de siete guías; el público conoció cada sala y escuchó su historia, así como leyendas de personas que pasaron por el palacio inquisitorial.

Como parte del recorrido, se visitó la exposición “Cárceles de la Inquisición. Procesos y Tormentos”, que está ambientada como un sótano de tortura y que incluye figuras de resina, cuadros, dibujos y las antiguas máquinas de tortura que utilizó esta institución.

En entrevista con Notimex, Mónica Espinosa, encargada del departamento de Difusión Cultural y Comunicación del recinto, explicó que los siete guías son voluntarios, tres de ellos estudiantes o egresados de Medicina, vestidos con batas blancas, y cuatro historiadores, disfrazados de monjes.

“La gente escoge con quién se quiere ir, si quieren más historia o más medicina; también puede cambiar de guías a la mitad del recorrido”, señaló.

Enjuician... al público

Al terminar la visita, la compañía Fénix Novohispano inició su representación en la plaza principal del recinto, donde los inquisidores anunciaron a los enjuiciados, seleccionándolos de entre el público asistente, que contento decidió participar.

Con 15 actores en escena, acompañados por percusiones, y la ayuda de cerca de 10 espectadores, el montaje continuó con una procesión por el patio, para informar al pueblo del juicio, que culminó en el Auditorio “Dr. Gustavo Baz”.

Dentro de la sala se llevaron a cabo los juicios y el auto de fe de brujas, beatas, judíos, protestantes, corsarios, criollos y mestizos; una propuesta que incluyó a los espectadores de tal manera que vivieron una velada emocionante y única.

“En un recorrido y espectáculo de casi tres horas queremos abarcar toda la historia de este palacio, y no solamente hablar de la historia inquisitorial sino también del acervo que tenemos de la Facultad de Medicina”, subrayó Mónica Espinosa.

Añadió que el objetivo de realizar primero un recorrido es que la gente conozca la historia del lugar y visite todos sus pasillos y salas, para poder hacer suyo el Palacio y así gozar del espectáculo.

Plan para recuperar el palacio

Este evento permite recuperar, demostrar y enriquecer el valor de un palacio tan importante como es la antigua sede de la Inquisición, a través de un recorrido y una escenificación que se complementan para ofrecer información de mayor contundencia, consideró el historiador Jesús Rodríguez, uno de los guías que acompañó al público.

“Es un ejercicio ilustrativo, de emociones, de experiencias, que a la gente le gusta, porque incluso se le involucra para que vea cómo se desarrollaban estos juicios, que de alguna manera están borrados en nuestra memoria como cultura”, mencionó.

Jucios similares en el siglo XXI

Por su parte, el director del montaje, Francisco Hernández, destacó que la importancia de tocar este tema a través del arte teatral es que actualmente se siguen juzgando ciertas formas de pensar y de ser que fueron juzgadas por la inquisición en los XVI, XVII y XVII, aunque los mecanismos de condena sean otros.

Subrayó la importancia de “rescatar esa herencia, esa presencia del inconsciente colectivo que tenemos los mexicanos, llevarla a escena y darnos cuenta que seguimos siendo los mismos y que es algo lamentable, que no hemos avanzado como sociedad”.

“Traerle esto al público actualmente es decirle: hay que cambiar, hay que ser más consiente de los que pasa en nuestra realidad, ser más participativos”, agregó.

Aspectos preocupantes

Bajo este tenor, comentó que, durante la puesta en escena, fue interesante ver que ninguno de los espectadores que participó como enjuiciado se defendió y ejerció su derecho de expresión.

“Todo mundo se arrepintió, ninguna persona dijo yo no beso la cruz, nadie defendió su derecho a expresarse libremente, no hubo ese cambio, no hubo transformación”, expresó.

También puntualizó la importancia que tiene el personaje del indígena, que fue condenado por defender sus creencias, pero que hasta el último momento defendió su honor, por lo que el público le aplaudió y ovacionó.

En cuanto a los vestuarios, refirió que se apegan a la época del rey Felipe II (1527-1598) y mencionó que las cruces que utilizan son de plata y fueron mandadas a hacer en Taxco, Guerrero, tal como las usaban los arzobispos y virreyes.

“Todo sale de una investigación iconográfica, buscamos al público también darle esa calidad visual de estos personajes de aquella época”, indicó.

El director adelantó que “Juicios de vivos y muertos en el Palacio de la Inquisición” volverá a presentarse los días 4 y 25 de octubre, también se tiene previsto repetir la función el 29 de noviembre.

Este recinto, que fue uno de los palacios inquisitoriales más importantes de América y más tarde la Escuela de Medicina, alberga el Museo de la Medicina Mexicana, el Departamento de Historia y Filosofía de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), su Archivo Histórico y la Biblioteca “Dr. Nicolás León”.