Invitan a un recorrido de escenarios fantásticos
Carlos Jorge Macari inaugura la muestra con 29 cuadros de gran formato, en la galería del Museo de la Ciudad.
Cecilia Ricárdez/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- El pintor yucateco Carlos Jorge Macari inauguró en el marco de La Noche Blanca una exposición que recopila sus obras en gran formato, del 2014 al 2016, en la que ofrece un recorrido por escenarios fantásticos con elementos de la cultura yucateca, su historia personal y animales con los que se siente identificado, como el pulpo.
La muestra conformada por 29 piezas de diferentes dimensiones, desde 80 por 100 centrímetros, hasta dos por cuatro metros, está montada en la galería del primer nivel del Museo de la Ciudad, ubicado en el Centro Histórico de Mérida.
“Para mí el arte es un estilo de vida, es mi propósito de vivir, la pintura para mí lo es todo…”, declara Carlos Jorge en entrevista.
Respecto de las especies que incluye en su obra expresa: “el pulpo es un animal con ocho tentáculos y con el que me identifico desde niño, porque se me exigía hacer mucho y pensaba: ni que fuera pulpo, si no tengo ocho brazos. Es un animal muy inteligente, es mágico, parece fuera del mundo, estas cualidades estimulan mucho mi creatividad y la fantasía y por eso me proyecto en él…”
Y declara: “Aunque mi pintura es narrativa, lo considero autorretrato, porque en vez de salir yo, me reflejo en los animales”.
Su obra revela fuertes vínculos con la topografía de la Península de Yucatán, como la tierra dura y caliza, el mar, cenotes, selva baja y flora diversa. Refleja su placer por la pintura, en la que ha creado un mundo de fantasía de varios órdenes. Su obra es predominantemente figurativa, aunque juega en ocasionales con abstracciones y en ella alterna aspectos clásicos con elementos de su generación.
La cédula informativa de la muestra fue escrita por Graciela Kartofel, historiadora de arte, crítica y curadora en México y Nueva York, quien expresa que la surrealista obra del yucateco está habitada por la serenidad, belleza, humor y armonía.
“Cada pintura es una escena misma, la mayoría de las obras tienen títulos, pero los tema no son necesariamente temas cerrados, sino composiciones acerca de hamacas, cuencos, flores, nichos, naturalezas muertas, paredes con historia, piedras, paisajes, signos y personajes inventados. Hay elementos que reaparecen en varias pinturas, pero jugando papeles diferentes. Cada obra tiene unos secretos susurrantes que sólo trasmitirá cuanto se tenga la confianza de intercambiar miradas frecuentes. Carlos Jorge encuentra en la síntesis un puente centre las obras de otras épocas y su propio tiempo presente”, explica la especialista.
Destaca que la mantarraya y el pulpo son figuras recurrentes, que los maneja de manera cambiante, sin agotarlos, le aporta gestos y decoraciones y explica que la casa, como interior de sus escenas, es una constante que significa presencia. La curadora indica que en la pintura de Carlos, se aplica la herencia del mundo precolombino recreada de diversas maneras.
Carlos Jorge Macari invitó a la sociedad a disfrutar de la exposición con la mente abierta, a dialogar con las imágenes y apreciar los colores, figuras e historias que pueden imaginar desde niños hasta adultos mayores.