Javier Sicilia aborda la muerte de su hijo en 'El deshabitado'

El poeta mexicano recuerda en su nuevo libro el asesinato de su hijo a manos del crimen organizado en 2011.

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Javier Sicilia sigue molesto con las autoridades por el hecho de que aún no se haya sentenciado a los responsables del homicidio de su hijo. (Notimex)
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Agencias
GUADALAJARA.- Javier Sicilia cita al poeta peruano César Vallejo para definir el asesinato de su hijo Juan Francisco a manos del crimen organizado: golpes como el odio de Dios que obligan a escribir sobre ellos, informa Associated Press.

En vez de una autobiografía o unas memorias, Sicilia optó por contar su historia en una novela narrada en tercera, El deshabitado.

"Soy un poeta, un novelista y un ensayista, y como tal sé que la objetividad no se despliega mejor en una escritura aparentemente neutra", escribe. "Por el contrario creo que la novela, en la que puede haber grandes dosis de poesía, es siempre más verdadera que la 'objetividad' histórica".

Pero al igual que con la lírica, de la que se despidió con un último poema tras la muerte de su hijo ocurrida el 28 de marzo de 2011, dice que esta será su última novela. Sólo mantiene planes de una posible autobiografía.

"Creo que lo que tenía que decir ya lo dije y es tiempo también del silencio, creo que a este mundo le hace falta silencio para poder reencontrar un significado", dijo en una entrevista reciente en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. "El silencio es una reprobación, una forma mucho más profunda de decir aquello que las palabras no alcanzan a decir".

Lo que sí muestran sus palabras son las sensaciones que le provocó la ausencia de su hijo. Sicilia vive la experiencia del "revenant". Se ve pero no se reconoce, aquel que no es ni un Lázaro, ni un fantasma, ni una sombra, es "un regresado".

"Un desollado que no muere, alguien que viene del horror y el infierno de la muerte, que la atravesó, que regresa de un espantoso viaje que lo ha transformado y produce miedo y compasión", escribe.

Su "revenant" comparte con el de la película homónima del mexicano Alejandro González Iñárritu el dolor de un hijo asesinado.

"Iñárritu y yo nos queremos bien", dijo Sicilia, quien sin embargo comenzó su novela mucho antes del estreno de esta película. "Traducen como 'renacido' la de Iñárritu, pero tampoco es la palabra apropiada. ... Uno puede participar y sigue participando en la vida pero hay algo muerto".

"Es como estar mutilado, como rehacer la vida después de que te quedó mutilada la mitad del cuerpo. Sí puedes hacer la vida, pero ya no es la vida misma, ya no es la plenitud de la vida", dijo.

No hay castigo

Lo que más le pesa de estos cinco años transcurridos es el hecho de que aún no se haya sentenciado a los responsables del homicidio de su hijo, tres de sus amigos y dos adultos cometidos en una misma noche en el estado de Morelos.

"La justicia no se cumple porque pueden salir por un tecnicismo, por corrupción, por presión", señaló. "Si salen van a volver a matar y van a matar a otros muchachos y eso no lo puede permitir el estado, ni lo puedo permitir yo, ni lo puede permitir nadie. No es la venganza, es la justicia y la justicia es impedir también que se siga asesinando".

Juan Francisco es una "presencia ausente" en la novela, como lo es en la vida de Sicilia.

"Fue una vida breve y no me atrevería a tocarla, no quiera indagar para narrar una vida que viví a mi manera, que amé a mi manera y que es innarrable de tan profunda", dijo el autor nacido en la Ciudad de México en 1956. "Está allí, están los recuerdos, muchos de los recuerdos de él, de nuestra vida, pero está su hueco, que es su forma de estar presente en la novela y lo que hizo posible. Él soy yo haciendo lo que hice por las víctimas, es él a través de mí".

El deshabitado comienza cuando la trágica muerte ya ha ocurrido y relata la travesía de Sicilia por buscar justicia en el caso, misma que lo llevó a encarar a las autoridades mexicanas y visibilizar el hecho de que no todas las muertes por narcotráfico implicaban solo ajustes de cuentas. El perdón, la política, la justicia y la idea de Dios se conjuntan en la novela, en la que el autor narra su encuentro con el entonces presidente de México Felipe Calderón en calidad de líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, mismo que lo llevó a recorrer México y Estados Unidos en apoyo a víctimas y familiares afectados por la violencia en México.

El movimiento se mantiene y entre sus acciones está el haber presionado para que el gobierno de Morelos abriera en 2014 dos fosas creadas por la Fiscalía General de Justicia del estado de Morelos en condiciones irregulares en las que se encontraron bolsas con restos de 12 personas y 117 cadáveres, incluyendo tres de niños. Un joven había sido identificado por su familia antes de que fuera enterrado ilegalmente en la fosa. Los cuerpos correspondían a delitos cometidos entre 2010 y 2013.

"Mi esperanza es la resistencia, es el aquí y el ahora y el salvarle la vida a alguien", dijo Sicilia. "Devolvimos cuatro muchachos y muchachas que estaban buscando sus familiares y que si no entramos nosotros nadie los hubiera encontrado. . Eso vale todo, en un país donde no hay justicia. Uno, dos, son todos".

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