María Victoria ofrece a universitarios 'una probadita' de su vida

Presentan en la Universidad La Salle el libro <i>María, nuestra Victoria </i>, de Ángeles Castro y Clara Sánchez.

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En la presentación del libro, María Victoria recordó desde sus inicios en las carpas hasta su presentación en Bellas Artes, en un homenaje a Agustín Lara. (Notimex)
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Agencias
MÉXICO, DF.- Entre anécdotas, bromas y agradecimiento, la actriz y cantante mexicana María Victoria compartió con estudiantes de la Universidad La Salle algunos de los episodios de su vida y su carrera recopilados por Ángeles Castro y Clara Sánchez en el libro biográfico María, nuestra Victoria, publica Notimex.

Durante la presentación del libro, María Victoria (1933) recordó sus inicios en las carpas, “era una escuela para los artistas, muchos aprendimos a actuar ahí porque si no lo hacías bien el público te bajaba a chiflidos, además tratábamos de hacerlo bien para que no nos corrieran y así pudiéramos ganar dinero y mantener a nuestras familias”.

Fue en las carpas donde la actriz conoció a Meche Barba, Jesús Martínez Rentería, mejor conocido como “Palillo”, Joaquín García “Borolas”, Fernando Soto “Mantequilla”, Adalberto Martínez “Resortes” y Mario Moreno “Cantinflas”, entre muchos más, “lamentablemente ya no hay cómicos, todos se nos han ido y como dice Resortes: "nomás que no empujen".

Entre risas y sin pena alguna María Victoria confesó que al principio sólo era aceptada por el público masculino, que le pedía que caminara mientras cantaba o que lo hiciera de espaldas porque lo que querían era ver su cuerpo, “las mujeres me odiaban, porque estaban celosas, así que hasta que me casé e hice La criada bien criada me aceptaron”.

Inspiración de compositores

Su belleza y sensualidad inspiró a compositores como Agustín Lara, quien le dedicó el tema Tengo ganas de un beso; Damaso Pérez Prado le escribió dos mambos, mientras que junto con Juan Gabriel grabó la canción “17 años”.

Fue inevitable traer a la memoria uno de sus personajes emblemáticos, “Inocencia”, el cual interpretó durante casi 15 años en el programa La criada bien criada, donde compartía créditos con Xavier López “Chabelo” y Guillermo Rivas “El Borras”.

“Recuerdo que (Joaquín García) Borolas y (Alfonso) Zayas me hacían enojar, me jalaban el delantal y cuando se descuidaban yo les daba unas cachetadas y ellos sólo me decía que no les pegara tan fuerte”, dijo la actriz entre risas.

Despreciada por Bellas Artes

Finalmente, dijo que cuando cumplió 50 años de carrera quería festejarlo en el Palacio de Bellas Artes, pero no se lo permitieron, “me dijeron que era muy popular, tiempo después me invitaron a participar en el homenaje a Agustín Lara y aunque no acepté al principio porque les tenía coraje, me convencieron porque me ofrecieron buen dinero”.

Confesó que presentarse en el escenario de Bellas Artes la tenía muy nerviosa, por lo que implicaba cantar en el máximo recinto cultural del país, “además acompañada de un tenor y la Orquesta de Bellas Artes, me temblaban las piernas, pero lo pude hacer y ahora lo recuerdo como una de las actuaciones más hermosas de mi carrera”.

Estrella por naturaleza

En su oportunidad, Clara Sánchez explicó que lo que más les llamó la atención al iniciar la recopilación de historias y anécdotas de María Victoria fue la naturalidad que tuvo para ser una estrella, la forma en que descubrió su vena artística y seguir su vocación.

“Ella siempre tuvo una personalidad imponente y siempre ha tenido la apertura para compartir sus recuerdos”, expresó Sánchez en entrevista con Notimex.

Detalló que María, nuestra Victoria se centra en la etapa de María Victoria como actriz de cine, por lo que el texto está dividido en cuatro capítulos: un detrás de cámaras de su vida; el segundo se centra en su trayectoria, el tercero está dedicado a cómo fue desarrollando cada uno de sus personajes en el cine y finalmente concentra una serie de entrevistas que le realizamos a ella y a sus hijos.

Por su parte, la coautora Ángeles Castro explicó que el libro lo realizaron en ocho meses con constantes conversaciones con la actriz, quien además les proporcionó gran parte del material fotográfico incluido en el libro.

“Eran charlas muy amenas, al principio nosotras teníamos muchos nervios pero ella me fue facilitando el camino, nos ayudó mucho y en la medida que fuimos avanzando hubo más confianza y apertura”, señaló.

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