Joel González/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- La máxima fiesta de la música en el país, el Festival de Morelia, reconoce la brillante trayectoria artística y la calidad de la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY) con una invitación a inaugurar el evento, pasado mañana viernes, en el teatro Morelos de la capital michoacana. 

El encuentro de trayectoria internacional  adquirida a través de los 28 años de actividades confirmó la invitación a la OSY para encabezar la programación por parte de Javier Álvarez Fuentes, quien es el director artístico del festival.

El reconocido académico y compositor agradeció la aceptación de la orquesta y dijo que la participación de la OSY en el festival es un beneplácito doble, pues en esta ocasión representa al festival moreliano pero es un amigo de la orquesta desde que esta fue fundada.

El director titular de la agrupación, Juan Carlos Lomónaco, agradeció la invitación e informó que presentarán un programa atractivo  integrado por Ficciones, del compositor mexicano Mario Lavista, una obra inspirada en el libro homónimo de Jorge Luis Borges, que se presentó por primera vez en la Escuela de Minería, bajo la batuta de José Herrera de la Fuente.

Informó que también incluirá  el Concierto para Violín  de Jean Sibelius, una obra que tiene dos versiones de la cual presentarán la segunda, realizada en 1905, que fue presentada por la Filarmónica de Berlín bajo la dirección de Richard Strauss, y finalizarán con la Sinfonía No. 1 de Johannes Brahams, una de las obras más hermosas de todos los tiempos, que fuera presentada 1876, cuando el compositor tenía 43 años de edad.

Asimismo, dio a conocer que el programa que se interpretará en el evento será replicado para el público yucateco los días 25 y 27 de noviembre, en el séptimo concierto de la temporada septiembre-diciembre de la Orquesta Sinfónica de Yucatán.

La solista invitada será la hispana rusa Elena Mikhailova, quien manifestó su empatía con el director de orquesta y destacó la dificultad y la complejidad del concierto que ejecutará, que requiere mucha técnica de Paganini además de un violinista virtuoso, porque no todos los solistas son capaces de interpretarlo.