Agencias
MÉXICO, D.F.- Susana Zabaleta presentó en directo su más reciente producción musical, La sensatez y la cordura, con un concierto íntimo en el Lunario del Auditorio Nacional. 

El recital se asemejó al sonido que imprimió en este material plagado de boleros clásicos y poesía, incluso hasta en su título, extraído de la obra homónima de Jaime Sabines.

Con dedicatoria especial para su padre Alfonso Zabaleta, Susana hizo un recorrido provocativo, pero sobre todo divertido, con temas como La gran tirana, Hay que saber perder y Se te olvida.

Sensualmente vestida de negro y enseñando piel, la nacida en Monclova, Coahuila, arrancó su reunión a las 21:18 horas.

“Ustedes saben el placer que siento de que estén aquí esta noche, de que nos demos cita después de 10 años, la maravilla que es que a la gente le guste la música en vivo, sin esas jotitas bailarinas que se presentan, ¡y miren que para jotita yo, eh! Ya los extrañaba, hace cuánto que no nos veíamos... ya cambié hasta de estado”, dijo a manera de bienvenida Zabaleta.

A partir de ese monólogo se sucedieron varios, en los cuales las bromas eran una constante y nadie se salvó de pasar por la boca carmín de la artista, desde Carlos Slim y Telmex, hasta “sus amigas” de Televisa, a quienes criticó por sentirse dueñas de la empresa, solo por “favores” ofrecidos, lo que provocó las carcajadas de sus fans.

En su lado profundo, Susana citó a Sabines y su Del mito, a Mario Benedetti con el poema Por qué cantamos, e inmediatamente después recordó a Los Panchos, acompañada del trío en su actual alineación, con los cortes Cuando vuelva a tu lado, La última noche, Di que no es verdad, Historia de un amor, Nosotros, Vereda tropical y Se nos rompió el amor.

Luego de una breve pausa, y ante la insistencia del público, la artista no tardó en dejarse convencer para cantar otra: “Bésame mucho”, y la canción que si no canta “es de mala suerte”: Merle Ivonne, que permitió seguir con ese juego único que la cantante logra con sus seguidores.

“Gracias por esta noche mágica”, comentó para lucir una vez más su voz con L’amour est un oiseau rebelle, que puso el punto final del recital, a las 23:01 horas.