Iván Castañeda/Milenio
MÉRIDA, Yucatán.- La tendencia de poner a protagónicos juveniles en telenovelas a lo largo de los años desplazan a primeros actores de roles principales en la televisión; sin embargo, personalidades como Ignacio López Tarso, Rafael Inclán y Héctor Bonilla, entre otros, actualmente encuentran su esplendor y éxito en el teatro.

Los histriones con al menos 40 años de trayectoria aseguraron que este fenómeno se debe a que en la pantalla chica se busca un formato probado de rostros y cuerpos atractivos, mientras que en las tablas escénicas se opta por la calidad en texto, interpretación y la conexión directa con el público.

“El formato de la telenovela (en México) es que dos jóvenes se conocen y se cruzan por determinados acontecimientos para encontrarse al final. Como no hay algo más ambicioso que eso, automáticamente se descalifica a la gente mayor para que tenga protagónicos. 

“Por otro lado, en teatro existe lo mejor de la literatura universal y se tocan temas más sofisticados y complejos que requieren la participación de todas las edades, incluidos nosotros”, dijo Bonilla.

Además, el actor que está en los montajes La fierecilla tomada y Almacenados explicó que esa explotación de la misma historia en televisión no se cambia “porque eso da dinero y punto. Por eso vemos el refrito número 500 de una telenovela”.

Para Rafael Inclán, el teatro “es impredecible y por más consagrados que sean los actores, si la gente no va y paga su boleto, se acaban las obras”; no obstante, apuntó que en las telenovelas se busca gente joven por cómo está conformada la estructura de la televisión. 

“Televisa es una fábrica de actores. Su CEA es para eso: hacen generaciones de jóvenes que van a trabajar en el sistema, y les funciona”, expresó el protagonista de Made in México.

Por otra parte, Juan Carlos Colombo, quien se encuentra en La dama de negro, señaló que actualmente en trabajos de cine y televisión no se fija en tener protagónicos, pues señaló que “si empiezas a despreciar personajes luego te quedas sin ninguno”.

“Cuando me gusta el proyecto, me gusta lo que me ofrecen. Soy como un médico. Puedes hacer una complicada operación a corazón abierto o puedes hacer una sencilla intervención para quitar el apéndice, pero hacer las dos muy bien es un placer”, indicó.

Al respecto, Ignacio López Tarso señaló que, a sus 89 años, lo único que busca es el aplauso del público en cada función.

“Hay personas que me dicen: ‘Yo lo sigo a usted desde que hizo Macbeth, hace 65 años’. Eso es muy gratificante; el público que viene al teatro me revitaliza con su presencia, su risa, su respiración, sus lágrimas”, expresó el estelar de Aeroplanos.

En la opinión de César Bono, quien protagonizó Defendiendo el cavernícola, el teatro lo concibe como “la mejor experiencia que uno como actor puede tener” y por ello busca estar en él. 

En escena

• Aeroplanos, donde participa Ignacio López Tarso, se presenta en el Teatro Libanés.
• Made in México, en la que actúa Rafael Inclán, está en el Teatro Jorge Negrete.
• La fierecilla tomada, donde está Héctor Bonilla, tiene funciones en el San Rafael. 
• La dama de negro, protagonizada por Juan Carlos Colombo, en el Teatro Julio Prieto.