Al menos una veintena de trabajadores del Tramo 6 del Tren Maya en Felipe Carrillo Puerto, realizaron ayer un paro laboral y denunciaron las malas condiciones de trabajo con las que opera el proyecto federal, pues aseguran violenta sus derechos laborales y piden se les mejoren.

Falta de equipo necesario para realizar los trabajos dentro del monte, que son forzados a trabajar con la lluvia, son trasladados en una van que supera el límite de pasajeros, además, les aplican descuentos injustificados en nómina, son algunas de las quejas de cada uno de los jornaleros.

“Son muchas las inconformidades, una de ellas es el sueldo, tenemos un contrato que especifica que nuestro pago a la semana es de dos mil 900 pesos, no se nos da una nómina para firmar con el desglose de nuestras deducciones y nos terminan por dar dos mil 300 a la semana, además de la falta de nuestras condiciones en nuestro trabajo”.

Añadieron que desconocen a la parte patronal, a quien precisamente les prestan sus servicios, pues sólo conocen el primer nombre de sus jefes directos, por lo que no saben a dónde acudir para reclamar sus derechos.

El contrato que firmaron no especifica para quién trabajan, aunque suponen que es para la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que es ahora la encargada del megaproyecto y la van con la que los llevan a sus áreas laborales tiene logotipos en su laterales y hasta en el panorama con la leyenda “Agrupamiento de Ingenieros, Felipe Ángeles”, “Tramo 6; T6 / 021”, pero difícilmente pueden saber, pues no se les entregó la copia del contrato.

De acuerdo con la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), es una violación a sus derechos laborales y es indispensable que cuenten con una copia de dicho documento, pues es donde se establecen los derechos y condiciones bajo las cuales prestan sus servicios.

Debido a todas estas anomalías, los alrededor de 20 trabajadores iniciaron el paro laboral a las ocho de la mañana frente a las instalaciones del Instituto Tecnológico Superior (ITS), lugar hasta donde llega “la van” que los transporta a la zona de trabajo.

Ahí permanecieron por más de ocho horas, como parte del tiempo de su jornada laboral en espera de alguna autoridad para atenderlas, pero nadie se acercó.