Golfo de México: ¿Donald Trump puede realmente cambiarle el nombre?

A nivel internacional, el nombre de un cuerpo de agua lo realiza la Organización Hidrográfica Internacional.

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Donald Trump, ahora como presidente en funciones, insiste en cambiar el nombre del Golfo de México por el de "golfo de Estados Unidos". La declaración, realizada durante su discurso inaugural el lunes, forma parte de una serie de planteamientos en los que ha buscado redefinir la geografía política del hemisferio occidental.

“Estados Unidos reclamará su lugar legítimo como la nación más grande, poderosa y respetada del planeta, inspirando el asombro y la admiración de todo el mundo”,

expresó Trump en su discurso;

“dentro de poco, vamos a cambiar el nombre del golfo de México por el de golfo de Estados Unidos”.

No es la primera vez que Trump sugiere cambios territoriales. Durante su anterior administración, se refirió a Canadá como el “estado 51” y presionó a Dinamarca para que considerara la posibilidad de ceder Groenlandia a Estados Unidos. Además, ha expresado en reiteradas ocasiones su interés en que Panamá devuelva el control del canal que lleva el mismo nombre.

Dentro de Estados Unidos, el golfo de México es conocido como la "tercera costa" debido a que su litoral abarca cinco estados del sureste. Sin embargo, a nivel internacional, su denominación es reconocida por organismos como la Organización Hidrográfica Internacional (OHI), que es responsable de la estandarización de nombres de mares, océanos y otras masas de agua en el mundo.

Modificar el nombre de un cuerpo de agua con reconocimiento internacional no es un proceso sencillo. La OHI tiene la función de garantizar una cartografía uniforme en todo el planeta, y aunque algunos países pueden utilizar términos distintos en sus documentos oficiales, la designación internacional suele mantenerse.

A pesar de los esfuerzos de Trump y sus aliados, la probabilidad de que el golfo de México adopte un nuevo nombre de manera oficial es reducida. Organismos internacionales y el reconocimiento global de su actual denominación dificultan el proceso, mientras que en el ámbito interno la propuesta podría enfrentar resistencia legal y política.

En el pasado, cambios de denominación han ocurrido dentro de fronteras nacionales. Un ejemplo de ello fue la decisión del expresidente Barack Obama de renombrar el Monte McKinley como Denali en 2015, una medida que Trump prometió revertir.

La idea de modificar el nombre del golfo de México no es inédita. En 2012, un legislador estatal de Mississippi presentó una propuesta para renombrar la porción del golfo que colinda con su estado como "golfo de Estados Unidos". La iniciativa fue rechazada y el autor la calificó después como una "broma".

Años antes, el comediante Stephen Colbert sugirió de manera satírica que, tras el derrame petrolero de Deepwater Horizon, el golfo debería adoptar el nombre de "golfo de Estados Unidos" bajo el argumento de que “si lo rompimos, lo compramos”.

Otras disputas por nombres de cuerpos de agua

El intento de cambiar el nombre del golfo de México no es un caso aislado. A nivel mundial, existen múltiples disputas sobre la nomenclatura de mares y océanos.

Japón, Corea del Sur y Rusia han mantenido un desacuerdo de larga data sobre la denominación del mar de Japón. En 2020, la OHI propuso un sistema numérico para evitar conflictos.

Otro caso es el del golfo Pérsico, cuya denominación ha sido motivo de disputa entre Irán y varios países árabes.

(Con información de The Associated Press)

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