Veterano de la Segunda Guerra Mundial contrae nupcias a los 100 años
Harold Terens es la prueba viviente de que nunca es muy tarde para darle la bienvenida a un nuevo amor.
Harold Terens es la prueba viviente de que nunca es muy tarde para darle la bienvenida a un nuevo amor.
El veterano de la Segunda Guerra Mundial decidió casarse por segunda vez a los 100 años en Normandía, Francia.
El fin de semana, Harold Terens contrajo nupcias con Jeanne Swerlin de 96 años en el ayuntamiento de Carentan, justo donde ocurrió la Batalla de Carentan de la Segunda Guerra Mundial.
La pareja lució atuendos de tonalidades pastel que se complementaron al cien por ciento por sus bellas sonrisas y miradas acarameladas.
“¿Sabes? El amor no es solo para los jóvenes. También sentimos mariposas en el estómago. Y también tenemos un poco de acción”, declaró Swerlin.
WWII vet, 100, marries 96-year-old sweetheart near D-Day beaches days after 80th anniversary: ‘We get butterflies … and a little action’ https://t.co/IpW4SQvMyr pic.twitter.com/QDvZRupxSy
— New York Post (@nypost) June 8, 2024
La prometida (en aquel momento) de Terens vistió un largo vestido de manga larga con escote en V, el cual dejó ver su calzado plateado.
Jeanne demostró que a pesar de que han pasado los años, su cabello sigue igual de hermoso que siempre. En su mano, sostuvo con orgullo su ramo de novia.
Tanto Harold como su ahora esposa Jeanne, son viudos y originarios de Nueva York, Estados Unidos; él se crió en el Bronx, mientras que ella en Brooklyn.
Una hora antes de que ambos entraran al ayuntamiento a declarar su amor, varias personas se acercaron a ellos para desearles una feliz vida juntos, llena de grandes momentos.
Una vez dentro, el alcalde de Carentan leyó sus votos en inglés y en vez de decir el clásico ‘si, acepto’, la pareja enamorada decidió responder con ‘Oui’ que significa ‘si’ en francés.
La ceremonia que unió las vidas de Harold Terens y Jeanne Swerlin fue simbólica, ya que de acuerdo con la oficina de Lhonneur, no pueden casar legalmente a extranjeros que no sean residentes de Carentan.
Esto, obviamente, no impidió que Harold y Jeanne se convirtieran a su modo en marido y mujer.
Después de la ceremonia, los recién casados dieron un brindis frente a la multitud que los esperaba con ansias en el exterior.
“Por la buena salud de todos. Y por la paz en el mundo y la preservación de la democracia en todo el mundo y el fin de la guerra en Ucrania y Gaza”, exclamó Terens.
Con información de New York Post