La esperanza, clave en la prevención del suicidio

El alcohol y la crisis económica generada por la pandemia son causas de riesgo que pueden llevar a una persona a quitarse la vida;

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El Dr. Arsenio Rosado Franco y Marilis Escalante, durante la transmisión del programa Salvemos una Vida. (José Acosta/Novedades Yucatán)
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MÉRIDA, Yucatán.- Es importante crear la esperanza, que es lo contrario al factor de riesgo número uno del suicidio, que es la desesperanza, a través de la acción de todos los actores sociales, sociedad civil, médicos, medios de comunicación, sociólogos, iglesias, para poder hacer visibles este gran problema que hoy día se considera la conducta suicida, manifestó el doctor Arsenio Rosado Franco, director del Instituto de Salud Mental en Yucatán

Al iniciar la charla en vivo en el programa, que se transmite cada viernes a las 11:00 horas por Amor 100.1 y a través del Facebook de Salvemos Una Vida Radio, que en esta ocasión se abordó el tema de la prevención del suicidio, el médico dijo que es importante hablar del suicidio, pero hablar bien del tema y de la conducta suicida. Esta edición se llevó a cabo en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemoró ayer. 

Este año la línea de acción se denomina “generando esperanza a través de la acción”, bajo la conducción de Marilis Escalante, quien manifestó que este tema se debe tratar de manera acertada, ya que muchas veces se toca como tema de conversación, pero no es lo ideal.

“Por eso le reitero el placer de tener en el programa y platicar con el doctor Arsenio sobre este tema, que es un poco delicado, pero que finalmente se tiene que hablar, por eso me atrevo a preguntarle ¿el suicidio se puede evitar?”, indicó. 

El especialista respondió que es prevenible, por eso el concepto ha cambiado, ahora se denomina conducta suicida, es una conducta que se puede presentar desde la ideación, es decir desde que se hacen ideas de para qué se vive, que Dios me lleve ya no quiero estar, graduar ideas de suicidio y hacer un plan suicida, hasta llegar al intento del mismo o las autolesiones que pudieran no ser suicidas. 

“Desafortunadamente cuando esto se agrava, porque hay factores de riesgo asociados a esta ideación, puede haber un suicidio consumado. Por tanto, es importante hablar de prevención, que se dan en tres tipos: la primera es la universal, se trata de restringir el acceso a medios de suicidio, las armas, los puentes, en el caso de situaciones personales, la prevención es no tener instrumentos filosos en casa, tener cuidados con la personas”, expuso. 

Destaco que la prevención selectiva es cuando puedo entender qué grupos pueden tener riesgos, es importante que una persona que tiene algún trastornó mental, ya sea depresión, la más asociada al suicidio, problemas de alcohol, lo relacionado a fenómenos sociales, la crisis económica, la pandemia, que son factores de riesgo que se pueden dar, aquí se recomienda reforzar la protección, por ejemplo buena comunicación familiar, asertividad, un buen tejido social, que las personas tengan un trabajo, acceso a servicios de salud. 

La tercera es cuando se tiene una proyección indicada, se tiene un paciente que tiene intento o idea previa, el 75 por ciento de las personas que han tenido un intento previo lo volverá a intentar sino tiene un tratamiento o seguimiento adecuado. 

Otro de los temas indicados en la prevención son las líneas de la vida, como el 075 de Salvemos una Vida, 800 1088000 del Gobierno del Estado, que están a disposición de las personas que requieran ayuda o servicio, orientación para saber cómo tratar a un familiar que tiene, ha tenido la idea o lo ha intentado. 

Ejemplificó que en 1980, en Dinamarca se tenía una tasa de suicidio de 38 por cada 100 mil habitantes, para 2017 la redujeron al 8.8 por cada 100 mil habitantes, es uno de los países que ha tenido una política clara de un programa y una estrategia nacional de suicidio, un mayor acceso a servicios de salud y esto ha repercutido para que tengan una disminución. Por eso la importancia del programa nacional, que ya se creó en México y se está trabajando en todos los estados, para poder reducir el número trágico de muertes evitables. 

“Hay varios estudios que se han manejado últimamente en los que se menciona que existe un grupo de factores psicosociales que intervienen en la conducta suicida, la localización geográfica, las normas socioculturales en el sitio donde nos desenvolvemos, la interrupción en la estructura social, cambio de valores, crisis económica, el aislamiento social, el mal reporte en medios de comunicación, el acceso a medios letales y el pobre acceso a servicios de salud, influyen psicosocialmente”, señaló. 

Resaltó que también existen factores genéticos y distales, los cuales son por ejemplo adversidad en la niñez, un gran número de niños que tuvieron abuso y abandono son más proclives a tener vulnerabilidad genética, y puede hacer que aparezcan más fácilmente ideas de muerte, lo que genera vivir en una mente de estrés, con adrenalina y cortisol alto, provocando cambios genéticos y esto hace que tenga cierta predisposición a no gestionar bien mi angustia, a ser impulsivo, estar irritable y tener cambios afectivos. 

“Sabemos que la prevalencia más alta de asociación es depresión con suicidios, el 90 por ciento de las personas que se suicidan han tenido un trastorno mental, normalmente depresión, ansiedad y uso de alcohol, son los tres factores más asociados; pero existen enfermedades especificas asociadas como esquizofrenia, bipolaridad, entre el 10 y 15 por ciento de personas que tiene estas enfermedades tendrán intentos severos de suicidio”, comentó. 

Agregó que un grupo vulnerable son los sobrevivientes de suicidio, quienes ha sufrido la pérdida de un familiar por suicidio están muy afectados, se dice que un suicidio afecta directamente a seis personas, entre papás, hijos, hermanos, pareja, e indirectamente a 135, que es el grupo que normalmente una persona tiene.

“Por ignorancia y estigma las personas con estos problemas no buscan ayuda, en la Secretaría de Salud se va a buscar a los familiares donde hubo suicidio y se les ofrece tratamiento, que nos encontramos en la ciudad, que las personas abandonan el sitio donde se dio este lamentable suceso, para localizarlos es difícil, lo que no sucede en las poblaciones y al acercarnos nos externan que nunca habían escuchado de este apoyo y comienza la culpa de que si hubieran sabido a dónde acudir y ayudar a su familiar que externo sus problemas, ahora seguiría vivo”, aseguró. 

En la emisión radiofónica de ayer, Marilis Escalante precisó que el Programa de Atención Integral para Problemas de Depresión y Suicidio Salvemos una Vida funciona las 24 horas, en el número 075 y en el teléfono 99-99-45-37-77. Agregó que está al servicio de la sociedad el Centro de Atención Integral al Problema del Suicidio, “La Casita”, como se le conoce a este sitio, ubicado en la calle 56 entre 49 y 51 del Centro Histórico, pero en este momento está cerrado por la contingencia, pero en los teléfonos citados están atendiendo a la población que requiera apoyo.

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