Los misterios de la fe en la Sábana Santa

Salvemos una vida: Los misterios de la fe en la Sábana Santa

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Marilis Escalante tuvo como invitado en el programa al profesor Jorge Elías Razú Dájer. (Novedades Yucatán)
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Los misterios y el sincretismo religioso que rodean a la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo se abordaron ayer en el programa radiofónico “Salvemos una Vida”, que se transmite todos los viernes por Amor 100.1 FM, de Grupo Sipse.

La conducción estuvo a cargo de Marilis Escalante y de manera particular se comentaron con el profesor Jorge Elías Razú Dájer detalles acerca de las investigaciones y los análisis que se han realizado a la Sábana Santa, luego de la primera fotografía que se le tomó en el año de 1898.

Razú Dájer recordó que empezó con la lectura e investigaciones en torno al sudario hace más de 30 años. “Una vez escuché una plática sobre la Sábana Santa que cubrió el cuerpo de Jesús. Unos años después trabajaba en grupos de apostolado de la parroquia de María Inmaculada, había una librería en la parte de atrás de la iglesia y me encontré con un folleto en el que se explicaba sobre ella”.

Agregó que a partir de ahí y por cuestiones personales, luego de que falleciera una de sus tías, comenzó con el estudio y la pregunta sobre qué hay después de la muerte, cómo es la vida del más allá. Acudió con el vicario de la parroquia, que entonces era Jorge Herrera, y le solicitó algún libro para entender ese tema.

“En la Biblia, en la segunda de Corintios, capítulo 15, hay un apartado completo de cómo es la resurrección y en la parte inferior está la explicación de cómo es el cuerpo resucitado, qué poderes tiene y todo; de ahí en adeltante le fui tomando el gusto a esto”, indicó.

El profesor refirió que a raíz de estos estudios sintió que ha cambiado una parte de su vida, lo que demuestra que la Sábana Santa, que todavía es cuestionada por muchas personas, realmente sí es la que envolvió el cuerpo de Jesús.

“Siempre descubro algo nuevo cuando doy una plática o leo el Evangelio. Hay un versículo o una palabra que me mueve mucho: que la vida existe después de la muerte, más allá hay un cuerpo resucitado, como el de Jesús”, manifestó.
El invitado recordó que la Sábana Santa o Santo Sudario se encuentra en la catedral de San Juan, en Turín (Italia), donde está resguardada en un relicario protegido por un vidrio. Ahí se pueden ver algunas imágenes o fotos del rostro de Jesús que aparecen en la Sábana.

“Puedes ir y rezar frente al relicario, (la Sábana) )la exponen muy pocas veces, si hay algo particular en Turín, una especie de convención o visitas de agrupaciones apostólicas. Normalmente la exhiben cada 10 años para celebrar la primera fotografía que se tomó en 1898 y es lo que nos permite entender a plenitud todo lo que sabemos de la Sábana, ahí aparece la imagen fabulosa, que ya se puede consultar inclusive en internet”, detalló.

Imagen del lienzo

Explicó que la Sábana mide más de cuatro metros, es un lienzo muy largo que evidencia que la costumbre de los judíos en aquella época era amortajar a sus muertos. En el caso de Jesús no hubo tiempo de eso, porque cuando lo bajaron de la cruz ya estaba anocheciendo y empezaba el sábado de Pascua.

A pesar de que estaban María (su madre), María Magdalena, José y todos los demás, se cumplía con la tradición del sábado de Pascua; entonces ellos hicieron algo provisional en el sepulcro: pusieron la Sábana de cuatro metros, una parte le tocaba parte de la espalda y la pantorrilla y el resto abarcaba el núcleo, la cabeza y la parte del frente.

Así, comentó el profesor Jorge Elías Razú Dájer, es como se formó la imagen del cuerpo completo de Jesús.

Acotó que a Jesús lo crucificaron en el Gólgota, en la Calavera, una especie de colina pequeña que estaba a las afueras de Jerusalén, y para el sepulcro, José le pidió el permiso a Poncio Pilato para tomar el cuerpo de Jesús y llevárselo.

Precisó que en la fotografía del Santo Sudario de Turín se ven manchones rojos, la tela está un poco sucia, son más de mil años de su existencia, y con un poco de imaginación, diciendo que es el cuerpo de Jesús, la gente imaginaba ver huellas de la crucifixión en la Sábana. Destacó que lo que marca un parteaguas en su estudio es cuando le toman la primera fotografía en 1898.

Dijo que la parte que se notaba mucho era la espalda, se apreciaban surcos de llagas, pero cuando tomaron la fotografía de la parte de enfrente y de atrás se notó la nariz, el pelo, los muslos, el pecho, los brazos cruzados y una pierna más recogida que otra.

Dudas y pruebas

Descartó que el Sudario pudo haber sido pintado, pues muchos dicen que es un invento de la época medieval. Razú Dájer considera que para que lo hayan pintado como salió, tuvo que haber sido al revés y así lo explicó: “Lo que encuentras en el negativo es toda la persona completa, pensar que se haya pintado para que luego saliera así es poco posible, en el siglo XII o XIII no existía la cámara fotográfica”, indicó.

Comentó que se han hecho muchos estudios y pruebas de que la tela es del siglo I, sin embargo, la prueba maestra es la del carbono 14, pero como la regla antigua marcaba que se tendría que destruir más de un centímetro cuadrado, no la querían hacer porque la iban a cortar.

Para los años 90 perfeccionaron la técnica, agarraron un hilo en vez de un pedazo y lo mandaron a tres laboratorios distintitos, entre ellos el de la Universidad de Oxford (Inglaterra) y otro de Suiza. Al mes llegaron los resultados y resultó que el hilo que correspondía a la Sábana fue datado del año 1260 al 1390 en un margen de error.

“Entonces muchos dijeron: cómo es posible esto, si se supone que es la Sábana que envolvió el cuerpo de Jesús. Quienes están en contra de es del Siglo I hicieron varias pruebas, tomaron una tela antigua, la expusieron a una radiación en 1978 y las personas que lo investigaron dijeron que no”.

Razú Dájer subrayó que existen datos específicos de que la Sábana Santa estuvo en Constantinopla en el siglo XI y XII, luego quisieron resguardarla durante el conflicto con los musulmanes y la llevaron a Francia; después estuvo en otros lugares hasta pasar a la monarquía de Italia, donde el rey Humberto II, que vivía en el exilio, le dio a la Arquidiócesis de Turín la custodia.

La cuestión es Jesús

“Aquí la cuestión es Jesús, si resulta que no es el sudario que envolvió su cuerpo, no cambiaría la fe de los cristianos, a la Sábana le llaman el ‘Quinto Evangelio’ porque le da razón a la pasión y muerte de Jesús, que a su vez le da explicación a esto”, resumió.

El invitado manifestó que llamaba la atención de la gente el hecho de que en el estudio de la Sábana se ve el rostro de una persona que estuvo bajo un estrés impresionante antes de morir en la Cruz. Se narra que Jesús sudó grandes gotas de sangre y eso, clínicamente hablando, sólo puede ser bajo mucho estrés.

Al recodar pasajes de esta historia, indicó que, cuando Judas le dio un beso a Jesús y se lo llevaron para enjuiciarlo, en los evangelios narran que lo golpearon y le pusieron un trapo en la cabeza burlándose de él. En la Sábana se describió que la nariz estaba fracturada, desde el juicio.

Cuando le dice a Caifás que sí es el hijo de Dios, lo llevan ante Poncio Pilato, que estaba de mal humor, pues para él era un castigo ser juez de esa zona, incluso aún estaba durmiendo.

“En la Sábana se encontraron 120 heridas en la parte de la espalda y atrás, se pusieron a investigar cómo era la flagelación y lo que se ve en la película más reciente se describe tal cual es: al hombre lo amarraban a una columna de un metro que lo encorvaba, lo desnudaban completamente y lo flagelaban con un látigo que llamaban del ‘escorpión’, que tenía en la punta huesos afilados o picos de acero. Luego le colocaron a Jesús una corona de espinas”, indicó.

En el lienzo, continúo, se observa que tenía muchas heridas en la nuca; los investigadores se dieron cuenta de que toda la cabeza estuvo sujeta a una corona de espinas muy grande, de alrededor de cinco centímetros.

Poncio Pilato sintió pena, llegó su esposa y le dijo que soñó con Jesús, para que lo liberen, pero no lo hizo, sino que preguntó a los romanos que querían que hiciera con él y le respondieron que lo crucifique.

“El caso es que sueltan a Barrabás y a Jesús le dan la cruz, que no era completa, sino sólo el madero horizontal, que le amarraron a los hombros... y fue terrible. Según la tradición, cayó tres veces, el Evangelio dice que Simón le ayudó a cargar la cruz. Llegó al Gólgota con dos ladrones a quienes también crucifican”, apuntó.

A Jesús le ponen un letrero con la leyenda INRI, que significaba “Rey de los Judíos”. Ahí lo clavan y en l sudario se encontró que tenía muchos clavos en la muñeca; Jesús estuvo ahí como tres horas, entendía que su misión estaba acabando, habló siete veces.

“Poncio Pilato no cree que Jesús haya muerto tan pronto; a los otros dos (Dimas y Gestas) les rompieron las piernas. Al ver que Jesús ya estaba muerto, uno de los romanos tomó una lanza, la tiró al costado de Jesús y observó que salió sangre y agua, luego se lo llevan al sepulcro”, relató.

Por último, el profesor Razú Dájer compartió que, según los evangelios, en la madrugada del domingo, María Magdalena tenía el pendiente de darle sepultura a Jesús, pero cuando llegó al sepulcro no encontró el cuerpo, por lo que fue a dar aviso a Pedro y Juan, quienes corrieron al lugar y al entrar al sepulcro vieron que sólo estaba el Sudario.

“La Sábana estaba en el mismo lugar donde debía estar, vieron y creyeron”, concluyó.

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