Más de 3 mil vestigios prehispánicos se han encontrado en el tramo 4 del tren maya
Entre los descubrimientos más importantes que se han dado en el tramo que va del Izamal a Cancún son dos altares y un monolito en Pocboc
MÉRIDA, Yucatán.- La construcción del tren maya ha permitido descubrir una serie de importantes vestigios prehispánicos, y a últimas fechas ha habido un total de tres mil 558 hallazgos de importancia arqueológica para nuestro país.
Este número tan elevado se ha dado apenas en el tramo 4 del recorrido del tren maya, que va de Izamal a Cancún, y que es tan sólo el 17 por ciento de toda la ruta trazada, de acuerdo con lo que dio a conocer el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
Todo hallazgo debe reportarse ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia, que previamente ya ha realizado revisiones aéreas y topográficas en la zona para detectar puntos que sean susceptibles de contar con algún vestigio del pasado prehispánico.
Esta labor la realiza el INAH en toda gran obra que se realice en nuestro país, precisamente para poder salvaguardar cualquier hallazgo y mantenerlo documentado.
La riqueza arqueológica con que cuenta nuestro país queda de manifiesto cada vez que se emprende un proyecto de estas magnitudes, por lo cual el tren maya ha dejado hasta el momento un total de 18.325 hallazgos en todo el recorrido, y en el tramo mencionado, de Izamal a Cancún, que comprende a nuestra región, el total ha sido de 3558.
Entre los descubrimientos más importantes han sido dos altares y un monolito en Pocboc, Campeche, y una canoa maya prehispánica en Yucatán del periodo Clásico Terminal, en los 1500 kilómetros que comprende la ruta del tren maya.
De acuerdo con lo que se infomó, la forma de trabajar del INAH refiere que tras emprenderse una magna obra, se realiza un levantamiento topográfico y se realizan tomas aéreas. De esa forma se establece si hay puntos que por sus características puedan ser de importancia arqueológica, se señalizan y se realizan las revisiones correspondientes.
Posteriormente, se comienza la exploración de la zona, y al mismo tiempo, se vigila de cerca el uso de las maquinarias para detenerlas en caso de que se sospeche de otra pieza arqueológica. Si es el caso, se detiene la operación y se realiza el rescate.
En el caso de los grandes monumentos, el equipo los analiza, estudia y después se decide de qué manera se conservará y si es necesario cambiar el plan de construcción.
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