MÉRIDA.- De acuerdo con especialistas, el confinamiento derivado de la pandemia del Covid-19 ha generado un aumento de peso corporal en la población adulta de entre dos y seis kilogramos y en los adolescentes, de tres a cinco kilogramos.

“A pesar de que, en los 8 meses que ha durado la pandemia del nuevo coronavirus han sido frecuentes los exhortos a la población para llevar un aislamiento saludable en términos físicos y mentales, 30 por ciento come más que antes y el 40 por ciento reconoce haber incrementado de peso”, señaló Jacinto Herrera León, especialista en Medicina Interna y Reumatología.

En Yucatán, hasta el 31 de octubre se tiene el registro de 6 mil 478 casos de obesidad (2 mil 412 hombres y 4 mil 66 mujeres). Aunque esta cifra es menor que la que se reportaba el año pasado al mismo corte, que era de 15 mil 577 (5 mil 864 hombres y 9 mil 713 mujeres), se estima que como ha ocurrido durante la pandemia en donde los esfuerzos se han centrado en el combate al nuevo coronavirus, las cifras pueden presentar un subregistro y, por lo tanto, pueden ser mayores a las reportadas.

“Antes de la llegada del Covid-19 a nuestras vidas, la obesidad y el sobrepeso ya eran una pandemia que afectaba a millones de personas en todo el mundo. Así mismo, está muy asociado a personas que padecen diabetes tipo 2. Vivimos en una sociedad que cae frecuentemente en excesos, hábitos sedentarios y hábitos tóxicos y esto obedece a que hacer ejercicio o comer sano se asocia a sufrimiento, hambre y prohibiciones.

Recordó que Yucatán presenta un alto índice de sobrepeso y obesidad a tal grado que 7 de cada diez adultos mayores de 20 años presentan alguno de estos problemas que a la larga pueden ser el detonante para padecer enfermedades crónicas como hipertensión o diabetes, así como problemas cardiovasculares que son las principales comorbilidades que han complicado a quienes contraen Covid-19 incluso causándoles la muerte.

El especialista dijo que para entender el impacto de la obesidad es que se considera el principal factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas, como diabetes, enfermedad cardiovascular, hipertensión colesterol alto, entre otras que son de las alteraciones de mayor impacto en pérdida de años de vida saludable, en mortalidad prematura, en discapacidad, en calidad de vida y por lo tanto en gastos en salud.

“Es importante decir que la obesidad ya no es solo un factor de riesgo para otras enfermedades como las mencionadas, sino que las cifras han demostrado que los pacientes con Covid-19 y obesidad tienen un peor pronóstico”, advirtió.

El cirujano pediatra y maestro en Salud Pública, David Canché Durán explicó que el incremento de peso durante la pandemia del Covid-19 en niños en edad escolar no ha sido tan marcado como en los adolescentes (de 11 a 17 años de edad).

“En los adolescentes, la ansiedad que el confina comiencen a consumir más alimentos ricos en calorías y grasas. Los jóvenes están comiendo en exceso. Se ha visto un aumento de peso en ellos de entre 3 a 5 kilogramos”, indicó.

El médico comentó que un factor importante para el incremento es la falta de movilidad derivada del confinamiento y las clases en línea.

“He platicado con mis pacientes adolescentes y muy pocos hacen ejercicios, si acaso hacen algunas rutinas aeróbicas pero lo que es el futbol, básquetbol, correr o caminar, no los están realizando. Otro factor es el tiempo del que ahora disponen los adolescentes para estar acostados. Antes tenían que levantarse a las 5 de la mañana para ir a la escuela pero ahora con las clases en línea, muchos despiertan 10 o 20 minutos antes para iniciar estas actividades. De alguna manera estos factores hacen que no se quemen las calorías que se están consumiendo en exceso durante el confinamiento”, concluyó.

Recomendación

Recomendó a los padres acudir al especialista si notan que sus hijos están incrementando mucho su peso ya que pueden estar en riesgo de desarrollar en un futuro enfermedades crónicas como hipertensión y diabetes.

“Jóvenes que no habían debutado con diabetes o hipertensión, pueden hacerlo. Por eso la recomendación es que busquen ayuda profesional con el pediatra o con el nutriólogo”, concluyó.