Yucatán: ¿Sabías que en Tizimín se encuentra una zona arqueológica poco conocida?
Visitas a Kulubá aún no están abiertas al público de manera oficial
MÉRIDA, Yuc.- Desde el pasado 7 de septiembre se dio la reapertura escalonada y gradual de las principales zonas Arqueológicas bajo resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), sin embargo, aún no está abierta al público de manera oficial una joya maya: la zona arqueológica de Kulubá.
Dicha zona arqueológica, ubicada a 35 kilómetros al sureste de Tizimín, aunque no está abierta al público de manera oficial, puede ser visitada y el acceso no tiene costo, pues sólo debes registrarte con el velador en turno.
A pesar de que Kulubá es uno de los sitios arqueológicos más importantes de esa región de la entidad, no lo encontramos referido en las fuentes documentales, ya sea indígenas coloniales, como los libros de Chilam Balam o en las obras de los cronistas hispanos.
Antecedentes arqueológicos de Kulubá
El primer reporte arqueológico de esta zona tuvo lugar en 1941, cuando Wyllys Andrews IV publicó unas notas y un croquis del sitio, como resultado de un recorrido que hizo a finales de diciembre de 1939.
Este investigador resaltó la presencia de elementos arquitectónicos “maya toltecas” o “mexicanos”, similares a los de algunos edificios de Chichén Itzá.
Las estructuras más grandes de Kulubá fueron clasificadas años después por Wyllys Andrews V en tres grupos: A, B y C, que se encuentran relativamente cercanas entre sí y de la rejollada principal del sitio, que al parecer funcionó como un centro aglutinador del asentamiento.
Los conjuntos mencionados tienen estructuras piramidales, palacios, basamentos habitacionales y construcciones menores asociadas.
Las primeras intervenciones arqueológicas en Kulubá fueron llevadas a cabo por la brigada de salvamento del Centro Regional del Sureste del INAH (hoy Centro INAH Yucatán), de julio a septiembre de 1980, a cargo del arqueólogo, ya fallecido, Ricardo Velásquez Valadez.
Fue a finales de 1999 y principios de 2000 cuando el arqueólogo Carlos Peraza Lope inicia más trabajos en Kulubá de la mano con el doctor en Antropología, Alfredo Barrera Rubio.
Posteriormente, se han hecho labores de mantenimiento menor en el sitio, durante 2012 y 2013, con recursos del Programa Temporal de Empleo de Sedesol.
Luego de ello comenzó una cuarta temporada de campo en Kulubá, la cual arrancó en noviembre del 2019 y llegó hasta marzo de este 2020 sin que hasta el momento este sitio esté abierto al público como parador turístico.
Con información de Arqueología Mexicana