Piden apoyar a Mateo, niño con espina bífida que busca cumplir sus sueños
Los especialistas en el hospital “Agustín O’Horán” le han realizado cirugía en tres ocasiones
MÉRIDA, Yuc.- A sus ocho años, Mateo Aarón Mukul Catzín nunca ha podido caminar como un niño de su edad. Nació con mielomeningocele o espina bífida, un defecto en el nacimiento en el cual la médula espinal del bebé no se desarrolla correctamente y que lamentablemente no tiene cura.
Los especialistas en el hospital “Agustín O’Horán” le han realizado cirugía en tres ocasiones para poco a poco corregir los diferentes efectos que le ha dejado el problema al menor.
La primera operación fue de recién nacido para controlar esfínteres. La segunda para controlar la hidrocefalia y le colocaron la válvula ventrículo peritoneal.
La última, en diciembre, fue para corregir parte de los pies. Y con operaciones y terapias se puede conseguir uno de los más grandes sueños de Mateo: “jugar al fútbol”.
Fanático del fútbol
El niño es fanático del Club Guadalajara y seguidor de Raúl Gudiño, a quien admira por sus cualidades como guardameta.
“Me gustaría que me mande un saludo el portero de Guadalajara”, dijo emocionado Mateo, que para imitar al deportista se desplaza sobre el suelo de tierra de un lado a otro.
Conoce su discapacidad, pero reta a los límites. Se describe como un niño alegre, tranquilo y amante de las matemáticas, aunque prefiere el camino de las leyes: “Seré licenciado, abogado”.
Agradecido con las personas que se preocupan por su desarrollo, aquellos héroes anónimos que han aportado dinero, despensa o transporte, con la esperanza que Mateo retome una infancia normal: “Le doy gracias a mi papá y a mi mamá igual, y a mi tía (Silvia)”.
Campaña en redes
José Rubén Mukul, padre de Mateo, apoyado por vecinos y amigos emprendió una campaña en redes sociales para buscar apoyo económico que le ayude a solventar los gastos que requiere su hijo, “le hacen falta sus terapias, luego van a ver cómo empezará a caminar y luego verán lo de (cirugía) de sus caderitas”.
La familia vive en Tigre Grande, Tzucacab, una comunidad al Sur de Yucatán en los límites con Quintana Roo, donde se sintieron los fuertes efectos de las tormentas tropicales “Amanda” y “Cristóbal” en 2020 y que sus consecuencias hasta hoy se observan en las calles.
Es un lugar con dificultad para recibir señal de internet y donde la telefonía celular entra de forma remota.
Don José invierte hasta mil 500 pesos para poder trasladar a Mateo desde su casa hasta Tekax, y después a Mérida, donde toma sus terapias, además del regreso. Prácticamente cinco horas de viaje ida y vuelta, más los tiempos en el hospital.
Parte de los apoyos han llegado, ya cuenta con prótesis y su andadera. Para programar la siguiente cirugía debe ir primero a sus terapias y consultas de valoración, sin descuidar a sus dos hermanitos, de seis y 10 años, que se quedan en casa.
Juan Fernando Patlán es uno de los “ángeles” con los que cuenta Mateo. Se traslada desde Tekax para llevarle despensa, aportaciones económicas y donaciones.
“Muchos me piden anonimato y lo importante es que la familia recibe el apoyo”. Esas ayudas se traducen en un baño creado especialmente para el pequeño, en pañales, en alimento y en parte de lo que ayudará a que muy pronto pueda convertir su sueño en realidad.
Si quiere apoyar a Mateo puede llamar a Juan Fernando Patlán al 9995275117.
Cumple su sueño
El pequeño Mateo cumplió uno de sus grandes sueños cuando recibió la llamada de su deportista favorito, el portero Raúl Gudiño, a quien admira por sus reflejos y agilidad.
Novedades Yucatán se dio a la tarea de cumplirle un deseo a Mateo: “Me gustaría que me mande un saludo el portero de Guadalajara”. Y su anhelo se cumplió por medio de la Fundación Jorge Vergara y el programa Sueña Chivas, el cual acerca a los jugadores estrellas del equipo tapatío a los niños que sienten amor, motivación o ven inalcanzable acercarse a ellos.
Gracias a Aura Sánchez y Omar González fue posible establecer contacto con el guardameta mediante una videollamada vía redes sociales, a pesar de las deficiencias del internet en la comunidad de Tigre Grande, del municipio de Tzucacab.
“Gracias para ustedes”, dijo el pequeño Mateo, y luego le preguntó al portero del Guadalajara sobre sus guantes, su familia y su comida favorita. Y cerró con una promesa: “algún día voy a conocer a Gudiño en persona”. Y sí, hoy el niño se queda con una mayor ilusión respecto al fútbol.
Raúl Gudiño demostró que no solo es grande como deportista, sino también como ser humano, ya que en todo momento mostró empatía con el pequeño Mateo.
La motivación de Mateo por la vida es enorme, y con detalles como el del arquero de Chivas su anhelo por caminar aumenta. La videollamada le dio ánimos al menor de ocho años, y según su familia, su sonrisa no se la quita nadie y mucho menos cuando cuenta sobre la llamada que recibió en Semana Santa de su ídolo, el guardameta Raúl Gudiño.
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