Salvemos una vida: Vencer nuestro ego, clave para ser feliz

El terapeuta Miguel Ángel Tlacatelpa comparte con los radioescuchas el lado positivo de que un individuo se reconozca a sí mismo y su propia personalidad.

|
Alis García Gamboa condujo ayer el programa radiofónico “Salvemos una Vida” y tuvo como invitado al terapeuta Miguel Ángel Tlacatelpa. (José Acosta/Novedades Yucatán)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Vencer el ego como clave para encontrarle un verdadero sentido a la vida fue el eje principal de la charla que el terapeuta Miguel Ángel Tlacatelpa abordó en la edición de ayer del programa radiofónico “Salvemos una Vida”, que se transmite todos los viernes de 11:00 a 12:00 horas por Amor 100.1 FM de Grupo SIPSE.

Acompañado de la conducción de Alis García Gamboa, el especialista refirió que aunque el ego es importante en lo referente a la psicología, pues es algo que todos tenemos y nos permite evaluarnos e interpretarnos partiendo de nuestros dones, valores y virtudes, muchos no son conscientes de que son dominados por él.

Señaló que el ego (imagen que tenemos de nosotros) es maravilloso como algo a través del cual podemos ver a los demás y saber defendernos, poner nuestros límites y sabernos respetar, pero el problema es que muchas veces le damos un valor demasiado importante.

Es un concepto de pensamientos ideas y creencias donde el ser humano pierde todo su valor y la realidad, afirmó Ángel Tlacatelpa, pues dijo que “somos seres espirituales que vivimos una experiencia humana y el ego nos hace creer que somos humanos viviendo una experiencia raramente espiritual, lo que nos aparta del valor que tenemos realmente y de cómo fuimos creados por Dios”.

El especialista detalló que el ego nos hace creer que nada importa salvo nosotros, lo que pensamos, nuestras creencias, el cómo percibimos el mundo y empezamos a olvidarnos de los demás, y es cuando empiezan los problemas severos porque olvidamos la esencia de los demás, y cuando eso pasa se puede llegar a agredir a las personas en cualquiera de las formas que existen.

Olvidamos a Dios

Alis García coincidió en que el ego confiere más importancia a las cosas materiales, lo que últimamente se está viendo por todas partes y cada vez con mayor auge, pues creemos que somos un cuerpo, le damos todo valor a ello y se nos olvida que somos tal cual Dios nos creó, y vivimos de expectativas sobre los demás y sobre uno mismo desde los parámetros del ego.

El terapeuta invitado explicó que en nuestro lóbulo frontal del cerebro se encuentran nuestros sistemas de creencias que han implado nuestros padres, la familia, la sociedad, las iglesias, el comercio, las escuelas, según la concepción particular que cada uno tiene y que es forjada según el ambiente en que uno se desenvuelva.

Dijo que el exceso de ego no nos permite ver lo que Dios nos expresó, que “todos somos uno”, se nos olvida y nos lleva a tomar esto de una forma muy superficial creyendo que sí somos uno, pero no iguales, pues incluso nos creemos superiores.

“Y en esto incluimos a las personas de nuestra propia familia, pues el exceso de ego te dice que aun tu hermano, padre, madre e incluso tus hijos son diferentes. El ego nos hace destruirnos de una manera brutal”, afirmó.

Precisó que la otra faceta del ego es la desvalorización de uno mismo, y es ahí donde se presenta lo opuesto al milagro que somos, pues nos hace creer que no tenemos el éxito o la felicidad de los demás porque somos muy poco o por falta de oportunidades.

“El ego nos mete en juzgamientos, y como no es una creación divina, es exactamente lo contrario al milagro de la vida”, sentenció el terapeuta, quien comentó que esto nos empieza llevar a culpar a los demás de nuestra infelicidad, incluso a uno mismo, pues “cuando señalamos, juzgamos, envidiamos y criticamos, no es más que el ego metiéndonos en grandes problemas”.

Ángel Tlacatelpa comentó que lo importante es reconocernos en nuestro valor y saber marcar los límites de la dignidad, pues no debemos dejar que nadie nos la pisotee.

Ejemplo divino

Puso como ejemplo a Jesucristo, quien con todo y su infinito poder y pudiendo evitar la crucifixión no lo hizo, quebraron su cuerpo, pero nunca su dignidad, ya que aún en la cruz dijo: “Perdónalos, Señor, porque no saben lo que hacen”, y precisó que si Jesús sabiendo todo el poder que tenía le hubiera dado paso a su ego, otra sería la historia.

Recordó que Jesús tenía sentimientos humanos como el miedo y aludió al pasaje que nos remonta a cuando Jesús oró en el Monte de los Olivos y cómo sabiendo de su poder e influencia desde el ego habló con Dios pidiendo que se le ahorrara todo el sufrimiento con un: “Padre, si es posible, que pase de mí este cáliz”; sin embargo, recapacitó, hizo a un lado este sentimiento humano y dijo: “No se haga mi voluntad, sino la tuya. Que tu voluntad se realice en mi obrar cotidiano”, y fue ahí donde venció el ego y se hizo el milagro, lo que nos trajo luego su Resurrección y la esperanza.

Ángel Tlacatelpa concluyó diciendo que el ego nos hace alejarnos de Dios y sus milagros, y por su parte, Alis García invitó a que como humanos busquemos el bien y lo bueno en cada acción, cada minuto y en todo lo que hagamos en nuestra vida, pues esto nos ayuda a entrar a la paz y todo ese lado bueno que el ego no nos deja ver.

Durante el programa se hizo invitó a quienes se sienten vencidos por el ego, que se sienten mal, abandonados o sin ganas de quiere seguir viviendo, comunicarse a los teléfonos 9453777 o 045, a los que pueden llamar las 24 horas los 365 días del año, para apoyarles, recordarles el milagro que son y ayudarles a encontrar los motivos por los que “vale la pena vivir”.

TAMBIÉN TE PODRÍAN INTERESAR:

Salvemos una Vida: Llaman a procesar el duelo y salir adelante

Hay que descubrir los dones que te da Dios

Alcohol no se lleva con los más jóvenes

Lo más leído

skeleton





skeleton