En las próximas semanas, se darán a conocer las nuevas directrices que regularán la venta de alimentos en los planteles escolares del país, desde la educación básica hasta la superior, detalló Ruy López Ridaura, subsecretario del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE).

En una rueda de prensa en el marco del X Foro Regional de Alimentación Escolar para América Latina y el Caribe, López Ridaura destacó que estas directrices incluirán sanciones para aquellos que no cumplan con las normativas establecidas.

Indicó que una reciente reforma a la Ley General de Educación (LGE) ayudó a ganar claridad en las responsabilidades de las autoridades para impedir que se vendan alimentos ‘chatarra’ o nocivos al interior de los planteles.

Los lineamientos en la materia, apuntó, no habían sido lo suficientemente vinculantes. Una vez publicados, estimó, los nuevos lineamientos tardarán unos seis meses en ser implementados.

"Habrá un reglamento con sanciones específicas para las autoridades escolares". 

En diciembre de 2023, el Congreso reformó la LGE para prohibir la venta de productos con sellos de advertencia y alimentos no saludables dentro de las escuelas y fijó un plazo de 180 días para que la SEP publicara nuevos lineamientos en la materia, que venció el pasado 17 de junio.

Ante el incumplimiento, el Poder del Consumidor y la Red Por los Derechos de la Infancia (Redim) presentaron el 12 de agosto un amparo para demandar la expedición de los lineamientos.

López Ridaura remarcó el compromiso de la actual administración por erradicar el expendio de alimentos "chatarra" en los entornos escolares.

Las nuevas reglas incluirán sanciones para las escuelas que vendan comida ‘chatarra’. (Foto: Reforma)

Destacó por otra parte el cambio impulsado durante este sexenio en el programa de desayunos escolares para sustituir los productos procesados que se entregaban anteriormente por alimentos calientes preparados en los propios planteles.

Detalló que el programa ha beneficiado a entre 90 y 100 mil escuelas y alrededor de 6 millones de alumnos de educación básica.

Actualmente, agregó, los desayunos calientes representan cerca del 65 por ciento del total de los que se sirven en las escuelas, lo que además, señaló, genera beneficios económicos.

"Un desayuno caliente implica aumentar las capacidades de las escuelas para tener cocinas, pero también obliga a las escuelas a comprar materia prima", apuntó. 

La transformación del programa, reconoció, se ha visto frenada por la insuficiencia presupuestal y la priorización de otras necesidades en las escuelas, pero expresó su confianza en que avanzará en la siguiente administración.

Con información de Reforma