Milenio Digital
MÉXICO, D.F.- Entre aplausos y con 74 votos a favor, 20 en contra y una abstención, el Senado aprobó la reforma política del Distrito Federal que fue calificada de histórica, por convertir a la Ciudad de México en una entidad autónoma, con su propia Constitución y Congreso.

El decreto fue enviado a los congresos de los estados para su discusión y aprobación, luego de que el PRD dijo que se salda una deuda histórica con los capitalinos y ahora se verá si los Legislativos locales le dan la misma celeridad que se le otorgó a otras reformas, como la energética.

Que no sea el antichilanguismo el obstáculo para frenarla, reclamaron la perredista Dolores Padierna y el ex jefe de gobierno capitalino, Alejandro Encinas.

Mientras que el senador de Morena, Mario Delgado, insistió en que a esta reforma la precede un pacto oscuro que dará al PRI una sobre representación en el Constituyente Permanente.

Hubo priistas que objetaron los beneficios que la reforma traerá a los capitalinos, como la mexiquense Ana Lilia Herrera quien destacó que esta reforma arrancará con un fondo de capitalidad de 3 mil millones de pesos, que no tienen otros estados.

También los panistas Ernesto Ruffo y Víctor Hermosillo Celada se manifestaron y votaron en contra, en contraste con las senadores Gabriela Cuevas y Mariana Gómez que resaltaron los avances de la reforma capitalina, al señalar que fue Acción Nacional el partido que desde hace 25 años la promovió. ¡No me la creo que vaya a pasar ya!”, exclamó Gómez del Campo desde tribuna.

Alejandro Encinas, ex jefe de gobierno, resaltó que esta sí es una reforma de Estado, porque define el federalismo y desarrollo de la vida municipal en México.

“Esta reforma mina el dique de contención que a lo largo de casi 2 siglos ha impedido a los habitantes del Distrito Federal gozar de derechos políticos plenos y al mismo tiempo dotar de autonomía política y de una Constitución propia a la Ciudad de México”, dijo.

Hizo notar que se da un paso decisivo para cerrar un largo proceso de discusión, de casi dos siglos, que inició en 1824.

“Hoy estamos dando un paso sustantivo, porque después de los tres años de discusión de esta Legislatura, se modifica la naturaleza jurídica y constitucional del Distrito Federal, para crear una nueva entidad federativa que se denominará Ciudad de México”.

Subrayó que aquí el tema central son los ciudadanos que tendrán que ampliar sus derechos para ejercer con toda libertad la democracia representativa y la democracia directa para que el plebiscito, el referendo, la iniciativa popular, la revocación de mandato y las candidaturas independientes formen parte de su cuerpo fundacional en una Constitución.

Pidió al Jefe de gobierno y al Presidente de la República que los 12 representantes constituyentes que formen parte del Congreso Constituyente no acudan a poner obstáculos.

Contenido de la reforma

Al explicar el contenido del dictamen que recoge los tres cambios hechos por los diputados, el presidente de la Comisión del Distrito Federal, Mario Delgado, detalló que se crea la Entidad de Fiscalización de la Legislatura de la Ciudad de México con autonomía técnica y de gestión; se mantiene la atribución del Congreso de la Unión de aprobar el techo de deuda de la Ciudad de México.

En el artículo 44 se introduce el concepto de capitalidad; el Presidente de la República mantiene las facultades de mando de la fuerza pública capitalina por tener su residencia en la Ciudad de México.

El Senado ya no podrá remover al Jefe de gobierno; éste ahora podrá nombrar libremente al secretario de Seguridad Pública y al procurador de Justicia.

“Tendremos como consecuencia de esta reforma, la primera Constitución de la Ciudad de México; desaparece el Estatuto de Gobierno y será sustituido por una constitución, la primera Constitución de la ciudad en la historia”, resaltó Delgado Carrillo.

El Jefe de gobierno tiene facultad exclusiva de presentar el proyecto de Constitución y ésta deberá partir del precepto de que la Constitución de la Ciudad de México deberá prever las garantías para el goce y la protección de los derechos humanos de conformidad con el artículo 1 de la Constitución.

Las alcaldías, que sustituyen a las delegaciones políticas, tendrán su propio presupuesto, derecho a recibir fondos federales y ramos también de la federación en términos de la Ley de Coordinación Fiscal.

La elección de los alcaldes es a partir de una planilla donde también se elegirá entre siete y 10 candidatos para tener consejos instalados entre 10 y 15 concejales.

La reelección de concejales será por un periodo, el mismo que el alcalde; en el caso de los diputados locales, igual que la Federación, tres reelecciones.

La zona metropolitana del Valle de México tendrá una ley emitida por el Congreso de la Unión, es uno de los asuntos pendientes que nos quedan por esta reforma.