Auténtica ‘arca de Noé’, en Guadalajara

El zoológico es uno de los más importantes de Latinoamérica porque ahí se ha logrado la reproducción en cautiverio de diversas especies.

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Actualmente el zoo de Guadalajara cuida de dos crías de tigre blanco. (Milenio)
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Agencias
MÉXICO, D.F.- Un Arca de Noé. Eso es el Zoológico de Guadalajara, enclavado en la barranca de Huentitán en la capital de Jalisco. Inaugurado el 11 de marzo de 1988, cuenta con 50 hectáreas, en las que viven 3 mil 885 animales de 392 especies de mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces. En este hábitat se ha logrado de manera exitosa la reproducción en cautiverio de muchas de ellas, convirtiéndose así en uno de los más importantes de Latinoamérica.

Para el médico veterinario David Espinoza, jefe de Clínica en este lugar, uno de los éxitos de un zoológico es tener una colección cada año más vasta de animales, por lo que es necesario establecer un buen programa de reproducción, buscando preservar y hacer crecer a aquellos que están en peligro de extinción,“como el zopilote rey, una especie muy valiosa, emblemática de nuestro país, que ha logrado criarse aquí”.

Todo nacimiento en cautiverio es siempre celebrado por los visitantes, que admiran a las crías, y por aquellos que se convierten en padres y madres sustitutas.

  Lorena Pimentel, médica veterinaria encargada del área de Crianza Artificial, narra que en este espacio reciben a las crías que no pueden quedarse con su madre: “Puede ser por cuestiones de salud, porque ella no pudo cuidarlos debido a que no tiene esa habilidad, porque no tiene suficiente leche o porque su nido no está en las condiciones correctas para llevar a cabo la crianza normal”.

Actualmente cuidan de dos crías de tigre blanco, una de cabra Ibex, un zopilote rey, varias guacamayas verdes, cisnes negros y pavorreales.

Cuidados y alimentos de primera

La labor es ardua: “Somos un equipo de cuatro personas que trabajamos en crianza artificial. El cuidado es de 24 horas. Durante la primera semana de vida de los animales es necesario adaptarlos para que convivan con nosotros y acepten que vamos a ser las personas que los críen”, comenta.

Todos los productos con que alimentan a los animales son de alta calidad: “Muchas veces usamos leche de cabra, que es muy difícil de conseguir, y necesitamos 70 litros por semana para un solo animal. Hay que ponerles pañales en sus jaulas, darles vitaminas, antibióticos, biberón, cuidarlos sin que se adapten a la vida con seres humanos, porque la idea es regresarlos a su entorno en el zoológico”, narra Pimentel.

El proceso comienza con la reproducción, no siempre sencilla. Las canguras de la Villa Australiana no quisieron a los machos que llevaron de otro zoológico. La maternidad se dio en una de ellas con el macho local, y hasta se logró una cría debido a la implantación tardía característica de los canguros, explica Alma Ortega, veterinaria que cuida de este espacio.

Después sigue el proceso de parto, a veces complicado. David Espinoza revela que recientemente le hicieron una “cesárea” a una víbora pitón de casi tres metros y medio de largo: “Estos animales nacen de huevo y se le atoraron. Hicimos una cirugía compleja: sus ovarios median casi un metro y tuvimos que hacer varias incisiones. Fue fascinante”.

Aunque hay jirafas, orangutanes, chimpancés e hipopótamos de corta edad ya conviviendo con sus mayores, no todo es “reprodúzcanse y crezcan”. También existe el lado contrario: la contracepción. Tigres, leones y pumas son los más fértiles. A algunas especies se les suministran anticonceptivos orales e inyectados. A otros se les castra o realiza la vasectomía, pues la sobrepoblación generaría estrés y dañaría la salud mental de los animales.

Acuario sinigual

El Zoológico de Guadalajara es el único en el país lejos del mar que tiene un acuario de grandes dimensiones. Allí también buscan la reproducción, por el momento de especies comunes, aunque Luis Quintero, jefe de área, desearía trabajar con más especies en extinción. La bióloga Fátima Briones reconoce que el proceso de multiplicación de las medusas es el más complejo pero, a la vez, el más interesante.

A David Espinoza le gustaría tener un área más grande para la crianza artificial, en donde el público pudiera tener mayor interacción con las crías. De conseguirlo, la emoción del visitante sería aún mayor en este espectacular zoológico mexicano.

 

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