Por un beso, niños huyen de la escuela

Hiromi Guadalupe y Sebastián, alumnos de la primaria 'José Vasconcelos', creyeron que besarse era algo muy malo.

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Los niños fueron encontrados afuera de un conocido supermercado. Taxistas del lugar los reconocieron y solicitaron ayuda a la patrulla para llevárselos. (Milenio)
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Angélica Ferrer/Milenio Digital
CIUDAD DE MÉXICO.- Hiromi Guadalupe y Sebastián, alumnos de la primaria "Maestro José Vasconcelos", en la colonia Tlatilco de la delegación Azcapotzalco, creyeron que besarse era algo muy malo, por lo que decidieron salir del plantel sin avisar.

Los dos niños, de 12 y 11 años, respectivamente, y quienes cursan el sexto grado, fueron reportados como desaparecidos el miércoles pasado después de que sus padres fueron a la hora de la salida por ellos y no los encontraron. Ayer, tras el reporte de taxistas del sitio de un centro comercial en avenida Cuitláhuac, el cual está cerca del centro educativo, policías capitalinos pudieron localizarlos.

La abuela de Sebastián, Alejandra Cruz, dijo en entrevista para MILENIO que tanto su nieto como Hiromi tenían miedo de que sus padres los castigaran por darse un beso.

"El argumento de los niños es que estaban confundidos, que sí pensaban que habían hecho algo muy malo; creían que realmente iban a ser muy reprendidos, cuando no sucede. Sebastián no sabe lo que es una nalgada, un castigo. No es un niño que dé problemas", contó.

Alejandra explicó que los niños fueron castigados por la directora del plantel porque un compañero de clase los vio besándose y, para reprenderlos, llamó a sus padres, quienes acordaron con ella acudir al día siguiente para tratar de resolver el problema.

"Ni siquiera los encontró ella, fue un argumento de un niño de otro grupo, los encuentran dándose un beso. A partir de ahí, de entrada ella no lo corrobora, no sabe si es cierto o no y comienza a intimidarlos, a decirles 'esto no debe ser así', 'esto es muy malo'. Estuvieron con ella en la dirección desde las 10:30 horas; sólo fueron a comer y de ahí, hasta las cuatro. Fue demasiada presión", detalló.

Los niños tenían miedo de que sus padres los castigaran por darse un beso, ellos pensaban que era algo realmente grave

Tras estar más de cinco horas en la dirección, Hiromi y Sebastián salieron de la escuela justo cuando sonó la alerta sísmica, sin que nadie se percatara. Sus mamás descubrieron que habían desaparecido al recogerlos a las 16:00 horas.

"Ahora que checamos las cámaras, fueron los primeros en salir. Tuvieron la oportunidad de echarse a correr. De entrada no esperas que los niños no estén, como también se recoge a su hermanito (de Sebastián), cuando nos dimos cuenta, mi hija se percata que no hay niños, mandó al otro niño a buscarlo en la escuela. Entramos y también lo buscamos; empezamos a marcar a familiares, a preguntar si alguien lo vio. El niño tiene celular, se le marcó y ya no contestó", dijo la abuela de Sebastián.

Cuando preguntaron al conserje y al poco personal que aún quedaba en la primaria, no obtuvieron respuesta, ellos sólo les contestaron que los niños ya habían salido y no les dieron ninguna explicación. Según Alejandra, la directora no quiso hablar con las familias.

Ante esto, vecinos, amigos y familiares cerraron el Eje 2 Norte y los carriles centrales de Circuito Interior y exigieron a las autoridades que investigaran la desaparición de los niños. Fue 17 horas más tarde que los menores aparecieron en un centro comercial ubicado en avenida Cuitláhuac.

"Me marcaron del sitio que se encuentra en Cuitláhuac afuera de Wal-Mart, para avisarme que habían visto a los niños. Ellos se acercaron a una persona y así fue como los taxistas se dieron cuenta que eran ellos. Lo que hicieron fue solicitar ayuda a la patrulla y se los llevaron", explicó.

"La directora no nos dio la cara. Nos fuimos porque teníamos que ir todavía a CAPEA a terminar el trámite. Los padres de familia querían hablar con ella y decirle que diera una respuesta de todo, que diera su versión que argumentara, pero nunca quiso salir", afirmó la abuela de Sebastián.

Por el momento, su nieto no ha ido a clases ya que está afectado por lo ocurrido y no descartan reunirse con las autoridades del plantel para conocer qué medidas se tomarán a partir de este caso.

"No puede proceder bajo el criterio de someter a los alumnos a estrés y ese tipo de cosas, ¿ella quién es para poder juzgar situaciones que no le tocan? Lo único que le correspondía, si acaso, era una sanción, era considerar otros métodos", reiteró.

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