Crónicas Urbanas: El abusador que se creía iluminado

Su respaldo eran su gran labia y una supuesta 'fraternidad que habla del conocimiento universal de la naturaleza, materia y vida'.

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El mismo abuso cometió con la otra hija menor, quien decidió confiárselo a su hermana. (agencias)
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Agencias
MÉXICO DF-. La historia se remonta a enero de 2003, cuando aquel hombre irrumpió en la colonia Un Hogar para Nosotros, delegación Miguel Hidalgo, con el cuento de ser un enviado celestial y la promesa de aliviar enfermedades incurables, para luego recurrir a una serie de abusos, como tocamientos y violaciones, hasta que una de sus víctimas, diez años después, en su mayoría de edad, denunció al presunto con piel de predicador, quien también dijo ser fundador de una supuesta “fraternidad que habla del conocimiento universal de la naturaleza, materia y vida”.

En aquellos años, la esperanza llevó a madres y padres a creer en una salvación sin medicina alópata y cayeron en las trampas del hombre barbado, quien frisaba los 58, dueño de una peculiar labia, que por un momento también pretendió usar con los policías comisionados para detenerlo. Los investigadores, que tenían suficientes antecedentes del presunto, sabían que no era el perfil del abusador común, pero reunía los principales agravios contra sus víctimas.

Las estadísticas delictivas de 2012, indican que en el DF, en este año, sumaron 843 averiguaciones previas por violación, más 2 mil 323 casos tipificados como “delitos sexuales”, que incluyen abuso, hostigamiento y estupro; la mayoría, englobados en “abuso”, mismo que en enero de ese año, sumaron 181, mientras que durante el primer mes del actual 2013, ascendieron a 187 casos denunciados. “El ser de luz” reunía casi todas esas culpas de manera reiterada. Era un caso excepcional.

Fue a partir de 2003 cuando “El maestro Gerardo”, quien aseguraba “pasar energía a las personas a través del sexo”, violó y abusó, en diversos días y horarios.
Y restregaba en oídos dóciles:

“Dios no existe”.

Él era “El maestro”. “El iluminado”. El hombre que embaucaba para apoderarse de algunas pertenencias de sus seguidores, como autos y otras propiedades.

Una de las víctimas, armada de valor, lo denunció diez años después, ya que el “profesor” hizo lo mismo con su hermana pequeña. No lo hizo antes, dijo, porque durante ese lapso la amenazaba con matar a sus padres.

'El Maestro Gerardo'

Todo empezó en 2003, año en que los padres de las niñas agraviadas ingresaron a la “Fraternidad del Conocimiento de la Naturaleza y Vida”, sin registro oficial, dirigida por el “pastor” Victoriano, que también se hacía llamar Gerardo y Yehudad.

La primera agraviada tenía 9 años y su hermana 5, cuyos padres las llevaron a la fraternidad dirigida por “El maestro Gerardo”, quien durante las “clases” les recordaba que no existía Dios, que no había religiones, que no creyeran en nadie, que él era el único que podía ayudar y curar a la gente con problemas.

Incluso, les dijo un día, él podía curar accidentes, y que lo hacía con energía, misma que le daban unos “entes con luz, ya que los invocaba y que a través de él podía curar a la gente”, según la denunciante, ahora de 19 años.

La muchacha recordó que en una ocasión su papá sufrió un accidente y “el maestro” le dijo que le salvó la vida, pues le había proporcionado energía de luz, y que como agradecimiento el padre tenía que regalarle la mitad de su patrimonio y de su salario, así como uno de sus dos vehículos.

El padre de la niña hizo lo que ordenó “El maestro Gerardo”: le regaló un auto marca Dodge, tipo Atos, la mitad de su sueldo y de la casa.

En 2006, a los 13 años, el “maestro” empezó a sentarla en el sillón de su oficina y ahí mismo la acariciaba.

Y a partir de ese año, reveló la joven, el hombre comenzó a violarla cada sábado, a la hora de las supuestas clases, al mismo tiempo que era amenazada con “hacerles un mal a sus padres” en caso que ella lo acusara.

“El mismo abuso cometió con la otra hija menor, quien decidió confiárselo a su hermana”, agrega el reporte oficial, “y ambas hablaron con la madre, la cual denunció los hechos ante la autoridad y se iniciaron las pesquisas del caso”.

Discreta vigilacia

Días antes del 13, policías de Investigación recibieron la orden del agente del Ministerio Público para indagar el paradero del presunto culpable, ahora de 69 años, por lo que cinco agentes, incluido el jefe del grupo, se trasladaron en una patrulla a la colonia Un hogar para Nosotros.

Los agentes, encubiertos, implementaron una vigilancia discreta en calles de la zona, delegación Miguel Hidalgo, con el propósito de conocer los movimientos precisos e identificar al presunto culpable.

La fiscal de Investigación para la Atención de Delitos Sexuales, Juana Camila Bautista Rebollar, estaba pendiente de las pesquisas y sabía que éstas se llevaban a cabo desde hacía días, en diferentes horarios, por detectives especiales.

Por fin, con suficiente información, los policías decidieron cerrar el círculo en torno al caso y efectuaron un operativo el pasado miércoles 13 de febrero. Lo hicieron ya tarde, a eso de las 19:30, para camuflarse mejor.

En ese momento los policías, acompañados de la denunciantes, observaron que el presunto culpable llegaba con tranquilidad al domicilio, tras el volante de un auto tipo Nissan, color gris, mientras la agraviada señalaba al conductor como el hombre que la había agredido sexualmente durante varios años.

Los policías mostraron “la orden de puesta a disposición” y detuvieron al “maestro”, quien fue trasladado a la Fiscalía para Delitos Sexuales.

El 15 de febrero, poco antes de la presentación ante los medios de comunicación del presunto culpable, la fiscal dijo que “el maestro Gerardo” insistía en afirmar que era el líder de la secta y, asimismo, aseguraba que podía “guiar, mejorar y crear destinos óptimos para sus seguidores”.

La funcionaria detalló: “Inclusive hay miembros de su congregación que le cedieron parte de su patrimonio”.

—¿Y de cuánto era el cobro?

—Por sesión les cobraba 300 pesos.

—¿Y qué les decía?

—Que por medio de la energía de la naturaleza, podía cambiarles su situación económica. Engañaba a las personas diciéndoles que tenía los poderes suficientes para cambiarles el destino.

El destino que cambió ese día fue el de “Gerardo”, o “Yehudad”, o “Victoriano”, quien, “con los elementos de prueba suficiente y la plena identificación de sus víctimas” dijo la fiscal, fue puesto a disposición del juez penal en turno de Reclusorio Oriente, “para enfrentar proceso por los delitos de violación y abuso sexual”.

El día de la presentación en la sala de prensa de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, el presunto culpable, de incipiente barba entrecana, rechoncho, se mostraba apacible, quieto, manso, taciturno.

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