¿Cuál es la diferencia del altar del Día de muertos y el Hanal Pixán?
La tradición yucateca conocida como ‘la comida de las ánimas’, tiene distintos elementos.
Para la gente que no es de la Península de Yucatán, el Hanal Pixán representa lo mismo que el Día de Muertos, sin embargo, la festividad yucateca tiene distintos elementos que separan a una de otra.
El Hanal Pixán conocido como ‘la comida de las ánimas’, empieza a partir del 31 de octubre hasta el 2 de noviembre, tiempo en el cual, las almas tienen permiso de salir del Xibalbá (inframundo) para convivir con sus seres queridos una vez al año.
Además se caracteriza por tener componentes característicos de la región.
‘Para los mayas, la vida humana estaba constituida por el Pixan (el alma), regalo que los dioses entregaban al hombre desde el momento en que era engendrado; este fluido vital determinaba el vigor y la energía del individuo. El elemento que viajaría al inframundo al sobrevenir la muerte física’, señala la investigación de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) titulada ‘Hanal Pixan: Alimento de las Ánimas’.
El primer día de celebración ‘u hanal palal’, conmemora a las almas que perdieron la vida a corta edad, o sea, los infantes.
Seguido, se festeja a todos los adultos fallecidos ‘u hanal nucuch uinicoob’ y el 2 de noviembre se recuerda a las ánimas, conocido como ‘u hanal pixanoob’.
A diferencia de los altares de muertos del resto del país, aquellos armados en la Península de Yucatán tienen como elemento importante una cruz verde en la parte superior.
Este es uno de los componentes más importantes, ya que representa a la ceiba, el árbol sagrado para los mayas.
Asimismo, se añaden jícaras de atole, las cuales representan a los cuatro puntos cardinales.
En la ofrenda, también se preparan 22 ofrendas destinadas para los dioses antiguos, siendo 13 para las deidades de los cielos y 9 para los del inframundo.
En cuanto a la comida, el Hanal Pixán incluye platillos deliciosos de la región, tales como el mucbipollo o ‘pib’.
Este exquisito platillo consiste en un enorme tamal con un relleno de carne de cerdo, pollo, jitomate y chiles, cubierto por varias capas de hojas de plátano.
El proceso tradicional de cocción se lleva a cabo bajo el suelo, ya que es enterrado en un hoyo donde se utiliza leña caliente y piedras para cocinar el crujiente tamal.
Esta celebración significa mucho para los habitantes de la zona, quienes al igual que el resto del país, se reúnen para honrar la vida de los seres queridos que perdieron y partieron de este mundo.
Con información de National Geographic