Las posadas navideñas son una tradición profundamente arraigada en la cultura mexicana, pero ¿conoces su origen? Estas festividades tienen raíces en la tradición católica y en prácticas prehispánicas que se fusionaron durante la época colonial.

Según el Evangelio de San Lucas (2, 4-7), las posadas conmemoran el peregrinaje de la Virgen María y San José en su búsqueda de alojamiento en Belén, un hecho que culmina con el nacimiento de Jesús en un pesebre.

Este evento se rememora durante los nueve días previos a la Navidad, del 16 al 24 de diciembre, como una novena dedicada al Niño Dios.

En México, la tradición de las posadas se remonta al siglo XVI, cuando los frailes misioneros adaptaron las celebraciones indígenas del solsticio de invierno, dedicadas a Huitzilopochtli, al contexto cristiano.

Fray Diego de Soria, superior del convento de San Agustín Acolman, obtuvo en 1587 un permiso papal para celebrar las llamadas “Misas de aguinaldo” durante este periodo, explica Martha Heredia (2022).

La tradición de las Posadas: Cultura, Fe y Comunidad

Con el tiempo, estas celebraciones se popularizaron, trasladándose de los atrios de las iglesias a las calles y hogares. Hoy, las posadas incluyen procesiones, rezos del Santo Rosario y los tradicionales cantos de petición de posada, que culminan con convivencias llenas de ponche, buñuelos y piñatas.

El Dr. Ernesto Ávalos López, académico de la UAG, resalta que las posadas son más que un evento social; representan una mezcla única de cultura, fe e historia que merece ser preservada en su autenticidad.

La riqueza cultural de las posadas navideñas no solo refuerza el espíritu de unión y esperanza, sino que también nos conecta con nuestras raíces, recordándonos la importancia de mantener vivas estas tradiciones. 

(Con información de